(R) Relaciones. Protección y Apoyo Social

El componente de 'Relaciones' dentro del modelo PERMA subraya la importancia fundamental de las conexiones sociales positivas para el bienestar humano.

Estas relaciones no solo enriquecen la vida. Sino que también actúan como un factor crucial de protección y apoyo, especialmente en momentos de dificultad.

Naturaleza Social y Necesidad de Vínculo

Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, con una necesidad innata de contacto, pertenencia y socialización.

Esta necesidad de formar parte de un grupo y de establecer lazos afectivos es tan fundamental que su ausencia o la experiencia de rechazo pueden ser profundamente perjudiciales.

El rechazo, de hecho, puede ser una forma de tortura emocional, capaz de destruir el bienestar de una persona.

Por ello, construir y mantener relaciones positivas es esencial.

Las Relaciones como Escudo Protector

Las relaciones interpersonales significativas suponen un poderoso factor de protección.

Desde el nacimiento, se busca la protección en figuras de apego como los padres.

Esta búsqueda de seguridad y amparo se extiende a lo largo de la vida, donde las relaciones sanas ofrecen un refugio ante las tensiones y desafíos.

Sentirse protegido por los vínculos afectivos contribuye a una mayor sensación de seguridad y estabilidad emocional.

El Apoyo en la Adversidad

Además de protección, las relaciones positivas son una fuente indispensable de apoyo, especialmente ante la adversidad.

Contar con personas que brinden respaldo en momentos difíciles es fundamental para cultivar la resiliencia y la capacidad de afrontar y superar las crisis.

El apoyo social ayuda a gestionar el estrés, a encontrar soluciones y a mantener una perspectiva más esperanzadora.

La Importancia del Autocuidado en las Relaciones

Para construir estas relaciones sanas y de apoyo, es imprescindible un trabajo previo de desarrollo personal.

La premisa "si tú no te amas, nadie lo hará por ti" resalta la necesidad de cultivar el amor propio, el respeto y la valoración personal antes de poder establecer vínculos equilibrados con otros.

La responsabilidad de generar estos sentimientos recae en uno mismo, no en la pareja o en los demás.

Ir por la vida "con la copa llena". Es decir, con una base sólida de bienestar emocional propio, permite interactuar con los demás desde la abundancia y no desde la necesidad.

La necesidad, en el contexto de las relaciones, puede ser contraproducente y generar dinámicas tóxicas.