Determinantes del Nivel de Felicidad

La investigación en psicología positiva ha explorado los diversos factores que contribuyen al nivel de felicidad general de una persona.

Se ha propuesto un modelo que distribuye la influencia de estos factores en porcentajes aproximados, destacando que una porción significativa de nuestro bienestar está bajo nuestro control voluntario.

El Componente Genético ("Set Point")

Aproximadamente el 50% de nuestra tendencia general hacia la felicidad parece estar determinada por factores genéticos.

Esto se conoce como el "punto de ajuste" o "set point" de felicidad, una especie de línea base hedónica a la que cada persona tiende a regresar después de experimentar fluctuaciones emocionales debidas a eventos vitales.

Algunas personas, por su herencia genética o variables de nacimiento, simplemente nacen con una predisposición a ser más alegres, extrovertidas o carismáticas, mientras que otras pueden tener una tendencia natural hacia una mayor timidez o seriedad.

Este componente genético influye, pero no determina de forma absoluta e inmutable nuestro destino emocional.

Las Circunstancias de Vida

Sorprendentemente, según algunos modelos, las circunstancias de vida solo representan alrededor del 10% de la variación en los niveles de felicidad entre las personas.

Estas circunstancias incluyen factores como el estado civil, los ingresos económicos, la salud general, el lugar donde vivimos y otros variables generales que existen en la vida de una persona.

Aunque situaciones vitales complicadas, como una crisis económica, una enfermedad o la pérdida de un familiar, pueden afectar drásticamente el bienestar momentáneo, su impacto en la felicidad a largo plazo, una vez superada la adaptación inicial, parece ser menor de lo que comúnmente se cree para la mayoría de la población.

No obstante, es importante matizar que para personas en situaciones de extrema dificultad, como la falta de alimento o refugio, estas circunstancias ciertamente tienen un peso mayor al 10%.

El Factor Voluntario y las Actividades Intencionales

El 40% restante de nuestra felicidad, una porción considerable, depende de nuestras actividades intencionales y elecciones diarias; es decir, de aquellos comportamientos y formas de pensar que podemos controlar y modificar activamente.

Esto subraya que una cantidad sustancial de nuestro bienestar emocional está bajo nuestra influencia directa.

La "voluntad", entendida como la capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea y cómo actuar, juega un papel multiplicador en la ecuación del bienestar.