La Brújula Moral como Guía Resiliente

La investigación sobre la resiliencia indica de manera consistente que las personas con una alta capacidad para superar la adversidad suelen poseer una "brújula moral" bien definida.

Esto implica tener un conocimiento claro de la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto y, fundamentalmente, tomar decisiones y actuar de acuerdo con esos principios la mayor parte del tiempo.

Discernimiento entre el Bien y el Mal

Una característica esencial de las personas resilientes es su capacidad para discernir lo que es éticamente correcto en diversas situaciones.

No se trata simplemente de adherirse a un código moral externo. Sino de haber internalizado un conjunto de valores que guían su comportamiento.

Esta claridad moral les permite navegar dilemas y tomar decisiones con mayor integridad, incluso bajo presión.

Actuar Conforme a los Propios Valores

Las personas resilientes no solo conocen sus valores. Sino que se esfuerzan por vivir de acuerdo con ellos.

Esto implica ser auténtico y fiel a uno mismo, sin tratar de ser alguien diferente para encajar o complacer a otros.

La coherencia entre los valores profesados y las acciones realizadas es una fuente de fortaleza interna y contribuye a la autoestima y al sentido de propósito, elementos clave de la resiliencia.

Es importante crear y mantener una lista personal de valores morales y esforzarse por aplicarlos, aunque se reconoce que nadie es perfecto y que pueden existir fallos ocasionales.

Empatía y Altruismo

Parte de esta brújula moral se manifiesta en la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, una cualidad que ayuda a mantener una conducta ética y considerada.

Además, las personas resilientes suelen ayudar a otros sin esperar nada a cambio. Este comportamiento altruista no solo beneficia a quienes reciben la ayuda.

Sino que también refuerza el sentido de conexión y propósito del individuo resiliente, fortaleciendo su propia capacidad para enfrentar dificultades.

Proceso de Desarrollo de la Brújula Moral

Desarrollar y mantener una brújula moral es un proceso activo. Se sugiere un ejercicio de auto-evaluación que incluye:

• Primero, identificar los propios valores fundamentales y cuáles son los más importantes.

• Segundo, reflexionar honestamente sobre si se está viviendo de acuerdo con esos valores y en qué situaciones se podría estar fallando.Es vital estar dispuesto a cambiar si se detectan incongruencias.

• Tercero, discutir estos valores con personas de confianza para obtener una perspectiva externa y retroalimentación honesta sobre cómo se percibe la vivencia de dichos valores.

• Finalmente, el objetivo es vivir conscientemente de acuerdo con los valores identificados, observando el propio comportamiento y ajustándolo cuando sea necesario.

Este compromiso con la propia brújula moral es lo que contribuye a una mayor resiliencia.