Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG). Características

El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) es una condición que se caracteriza por una preocupación y ansiedad excesivas, persistentes y difíciles de controlar sobre una amplia gama de eventos o actividades de la vida cotidiana, como la salud, el trabajo, las finanzas o las relaciones familiares.

Definición y Naturaleza del TAG

A diferencia de las fobias, donde la ansiedad se centra en un objeto o situación específica, o del trastorno de pánico, caracterizado por ataques súbitos de miedo intenso, el TAG implica una ansiedad más difusa y constante, una especie de "preocupación flotante" que no está necesariamente ligada a un desencadenante particular.

Las personas con TAG a menudo se describen a sí mismas como "preocupadas crónicas".

Anticipan desastres y se inquietan de manera desproporcionada por asuntos cotidianos, incluso cuando hay poca o ninguna razón aparente para ello.

Síntomas y Criterios Diagnósticos Comunes

Para que se diagnostique un TAG, la preocupación y la ansiedad excesivas deben estar presentes la mayoría de los días durante al menos seis meses y estar asociadas con tres o más de los siguientes síntomas (en adultos; solo uno en niños):

• Inquietud o sensación de estar "al límite" o "con los nervios de punta".

• Fatigabilidad fácil (sentirse cansado con facilidad).

• Dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco.

• Tensión muscular.

• Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño, o sueño inquieto e insatisfactorio).

Además, la preocupación debe ser difícil de controlar y causar un malestar clínicamente significativo o un deterioro en el funcionamiento social, laboral u otras áreas importantes de la vida.

No debe ser atribuible a los efectos de una sustancia o a otra condición médica, ni explicarse mejor por otro trastorno mental.

Impacto del TAG

El TAG puede tener un impacto considerable en la calidad de vida.

La preocupación constante puede ser agotadora, interferir con la capacidad para disfrutar de las actividades y generar un estrés crónico que afecte la salud física.

Las personas con TAG pueden evitar situaciones o posponer decisiones por miedo a las posibles consecuencias negativas, lo que limita su desarrollo personal y profesional.

Es un trastorno tratable, y la terapia cognitivo-conductual, a menudo combinada con técnicas de relajación y, en algunos casos, medicación, ha demostrado ser efectiva.