La Ansiedad como Enemigo. Una Estrategia Fallida
El Paradigma Erróneo de la Lucha
El mejor consejo que puedes recibir sobre la ansiedad es que nunca debes convertirla en tu enemiga personal.
La mayoría de nosotros creemos que si luchamos contra la ansiedad para eliminarla o reducirla, finalmente nos sentiremos mejor.
Sin embargo, esta estrategia de lucha no es la solución al problema, sino que en realidad es el problema mismo.
Este enfoque de confrontación es contraproducente y solo consigue que te quedes todavía más enredado en el ciclo de la ansiedad.
Convertir la Ansiedad en tu Enemigo
Cuando decides tratar a la ansiedad como tu enemiga, también conviertes en enemigos a todos sus componentes internos.
Si la ansiedad es el enemigo, entonces tus propios sentimientos también se convierten en el enemigo que debes suprimir.
De la misma forma, tus recuerdos y tu propia historia personal pasan a ser un adversario al que hay que evitar.
Incluso las sensaciones de tu propio cuerpo se transforman en enemigas, ya que son una parte fundamental de la ansiedad.
La Metáfora de las Arenas Movedizas
Luchar contra la ansiedad es como estar atrapado en arenas movedizas y forcejear desesperadamente para intentar salir de ellas.
En las arenas movedizas, el instinto de luchar para salir es una muy mala idea que solo empeora la situación.
Cuanto más luchas y más te mueves, más te hundes, ya que todo tu peso se concentra y la succión aumenta.
De la misma manera, cuanto más luchas contra tus pensamientos y sentimientos ansiosos, más profundo te hundes en ellos.
Una Vida a Medias. El Alto Coste de la Evitación
Cuando haces de la ansiedad tu enemiga, se vuelve muy difícil poder funcionar con normalidad en tu vida cotidiana.
Para evitar sentirla, empiezas a evitar a las personas y los lugares que podrían desencadenar tu malestar emocional.
Como resultado de esta evitación constante, terminas viviendo una media vida, limitada por el miedo a sentir ansiedad.
También puedes acabar recurriendo a otras formas de evasión que no ayudan, como el alcohol, las drogas o la comida.
Añadir Sufrimiento al Dolor
Rechazar la realidad de que la ansiedad ha afectado tu vida social o tu carrera no cambia esa realidad en absoluto.
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