Barreras en la colaboración. falta de disponibilidad, escasa motivación y diferencias de v

La Realidad de las Barreras en la Colaboración

A pesar de la importancia de la colaboración, existen diferentes barreras que dificultan la participación de la familia en el proceso educativo.

Estos obstáculos, a menudo complejos y entrelazados, pueden afectar de manera significativa la integración social y el rendimiento del estudiante.

Superar estos desafíos no es algo que ocurra de forma inmediata, sino que requiere de un largo y gradual proceso de perseverancia por parte de todos.

A continuación, exploraremos tres de las barreras más comunes que impiden una colaboración que sea fluida y efectiva entre el hogar y la escuela.

La Falta de Disponibilidad de los Padres

La primera barrera, y una de las más frecuentes, es la falta de disponibilidad horaria que tienen las familias en el mundo moderno.

Las extensas jornadas laborales y las múltiples ocupaciones de hoy en día dificultan a los padres el poder tener tiempo para estar pendientes.

Esta falta de tiempo no siempre es un reflejo de una falta de interés, sino una consecuencia de las exigencias económicas y sociales de la vida actual.

La incapacidad para poder asistir a reuniones o para supervisar las tareas puede generar una desconexión involuntaria con el proceso educativo del niño.

La Escasa Motivación para Participar

La segunda barrera que a menudo se presenta es una escasa motivación por parte de la familia para poder participar en las actividades que propone la institución.

En ocasiones, los padres consideran que la escuela es la única y exclusiva responsable de los aprendizajes y del rendimiento académico del estudiante.

Debido a esta creencia, no se involucran de una forma activa en las tareas y en los deberes, delegando toda la responsabilidad en los docentes.

Esta barrera actitudinal es especialmente perjudicial, ya que impide que se forme un equipo de trabajo sólido entre la casa y el centro educativo.