Pilar 4. Ampliar tu Sentido del Yo. El Viaje hacia la Autonomía

El Cuarto Pilar: La Fortaleza de un Yo Definido

El cuarto y último pilar para poder construir nuestra resiliencia es el de ampliar nuestro sentido del yo, un viaje hacia la autonomía y la fortaleza.

Las personas que poseen un fuerte sentido de sí mismas son, por naturaleza, mucho más resistentes que aquellas que no lo tienen o que no lo han desarrollado.

Tener un fuerte sentido del yo significa que posees una identidad que es muy clara y que cuentas con un núcleo interior que es fuerte y estable.

Este pilar es el que nos permite enfrentarnos al mundo bajo nuestros propios términos, en lugar de ser definidos por las circunstancias externas que se nos presentan.

Saber que tú eres la fuente de tu sentido del yo es más importante que cualquier otra cosa, ya que te coloca en una posición de poder personal.

¿Qué Significa Tener un Fuerte Sentido del Yo?

Poseer un fuerte sentido del yo significa que te conoces a ti mismo, lo que piensas, lo que sientes, lo que crees y lo que defiendes.

Es tener un claro sentido de tu autonomía y una profunda confianza en tu propia autoridad para poder dirigir tu vida de una forma consciente y deliberada.

También incluye la creencia en tu propia capacidad para poder triunfar y la sensación de que puedes influir positivamente en el entorno que te rodea.

Tú eres quien decide lo que piensas, lo que sientes y lo que valoras, sin necesitar la aprobación o el permiso de los demás para poder ser quien eres.

El Contraste: La Debilidad de un Yo no Definido

Por el contrario, las personas que carecen de un buen sentido de sí mismas tienden a evitar las tareas que son desafiantes por miedo a no poder superarlas.

Estos individuos pierden la confianza en sí mismos muy rápidamente y tienden a enfocarse en sus fallos personales y en los resultados negativos que obtienen.

Ven los retos no como oportunidades para poder crecer y aprender, sino como problemas insuperables que es mejor evitar para no tener que enfrentar el fracaso.

Esta falta de un núcleo interior fuerte los hace mucho más vulnerables al estrés y a los contratiempos, ya que no confían en su propia capacidad.

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