La Naturaleza de la Adversidad. Intensidad y Duración

Comprendiendo que no Toda Adversidad es Igual

No sabemos realmente lo resistentes que somos hasta que el estrés y las cosas difíciles de la vida nos ponen a prueba de una forma u otra.

Es muy importante entender que no todas las adversidades son iguales, ya que el estrés varía en dos dimensiones que son completamente diferentes entre sí.

Estas dos dimensiones que definen la naturaleza de cualquier factor estresante son, por un lado, su intensidad, y por otro lado, su duración en el tiempo.

Analizar la adversidad a través de estos dos ejes nos permite comprender mejor su impacto y nos prepara para poder responder de una manera mucho más adecuada.

La Primera Dimensión: La Intensidad del Impacto

La primera dimensión es la intensidad, que se define como el impacto emocional, mental y físico que tiene un factor estresante en nuestro ser.

Debemos considerar la intensidad como un continuo que va desde lo leve hasta lo grave, aunque lo que es leve o grave es subjetivo para cada persona.

Algunos ejemplos de estresores leves pueden ser derramar un vaso de zumo, tener mal tráfico de camino al trabajo o escuchar noticias económicas negativas en la televisión.

Los estresores moderados incluyen cosas como saber que no tienes dinero para pagar las facturas o tener una discusión seria en la que tu pareja amenaza con irse.

Por otro lado, los factores de estrés graves pueden incluir el despido, la muerte de un ser querido, sufrir un accidente o ser víctima de una agresión.

La Segunda Dimensión: La Duración del Estrés

La segunda dimensión que define la adversidad es su duración, la cual tiene que ver con si el factor estresante es agudo o si es crónico.

El estrés agudo se refiere a un acontecimiento único y puntual, como puede ser el hecho de sufrir un accidente o presenciar un robo de forma inesperada.

Este tipo de estrés se caracteriza por su impacto inmediato y a menudo intenso, pero que ocurre en un solo momento y que, en teoría, no se repite.

El fallecimiento de un ser querido o el ser agredido son también ejemplos de estrés agudo que pueden tener un profundo