Habilidades del Terapeuta

Escucha Activa y Percepción

El terapeuta debe desarrollar la capacidad de escuchar verdaderamente, más allá de simplemente oír.

Esto implica atención plena al discurso, pero también percepción del entorno y del lenguaje no verbal.

Se debe tener una percepción global del "setting" terapéutico, controlando variables como la temperatura o ruidos que puedan distraer al paciente y entorpecer el proceso.

La atención debe estar centrada en el entrevistado, evitando distracciones con relojes o celulares, lo cual podría interpretarse como falta de interés u ofensa.

Manejo del Silencio y Lenguaje No Verbal

El silencio es una herramienta técnica poderosa. El terapeuta debe saber callar para permitir que el paciente procese, asocie y exprese su mundo interno sin interrupciones prematuras.

A nivel no verbal, la posición corporal del profesional debe reflejar seguridad, serenidad y profesionalismo, sin rigidez excesiva.

El contacto visual es indispensable para monitorear las reacciones del paciente y detectar posibles conductas de riesgo (como un acting out), pero debe ser natural, no una mirada fija intimidante.

La voz debe ser audible, serena y segura para garantizar que las indicaciones sean comprendidas.

Concentración y Retención

Es necesario mantenerse en el "aquí y el ahora" durante la sesión, evitando distracciones mentales propias.

Aunque la toma de notas es necesaria para la historia clínica, no se debe transcribir todo literalmente durante la sesión, pues se pierde el contacto visual.

Se debe entrenar la memoria para retener los puntos clave y redactarlos o resumirlos al finalizar el encuentro, registrando lo más resaltante o lo que generó "ruido" clínico.

Resumen

El terapeuta debe desarrollar una escucha activa y una percepción global del entorno, controlando variables físicas distractores y centrando su atención plena en el discurso y lenguaje del paciente.

El manejo del silencio es una herramienta técnica poderosa que permite al paciente procesar, mientras que el lenguaje no verbal y el contacto visual deben reflejar seguridad y profesionalismo.

Es necesario mantener la concentración en el "aquí y ahora" y entrenar la memoria para retener puntos clave, evitando transcribir literalmente durante la sesión para no perder el contacto.