Reconocer pensamientos distorsionados y su efecto emocional
El modelo ABC permite identificar cómo una situación genera una emoción o conducta según la interpretación personal. En terapia, se enseña al paciente a registrar qué ocurrió (A), qué pensó (B) y cómo reaccionó (C), promoviendo una comprensión más clara del problema.
Reestructuración cognitiva a partir del análisis de pensamientos
Una vez detectados los pensamientos automáticos negativos, se trabaja en cuestionarlos y reemplazarlos por interpretaciones más realistas. Se utilizan hojas de registro que ayudan al paciente a identificar pensamientos alternativos que disminuyan su malestar emocional.
El análisis funcional para observar la conducta en contexto
Este análisis permite mapear una conducta específica, observando qué la desencadena, cómo se manifiesta y qué consecuencias tiene. El objetivo es descubrir los factores que refuerzan la conducta problemática para intervenir de forma dirigida.
Uso de registros y materiales visuales para reforzar el aprendizaje
Se emplean fichas y diagramas para facilitar la identificación de pensamientos, emociones y conductas. El termómetro emocional y los autoregistros son herramientas útiles para que el paciente trabaje entre sesiones y refuerce lo aprendido.
Comprender la interacción entre pensamiento, emoción y acción
El objetivo final es que el paciente entienda cómo sus creencias influyen en lo que siente y hace. Esto permite modificar patrones disfuncionales y avanzar hacia respuestas más saludables y adaptativas.
reconocer pensamientos distorsionados efecto emocional