Cómo diseñar un plan personalizado y evaluar su progreso

El termómetro emocional es una herramienta utilizada en la terapia cognitivo-conductual (TCC) para que el paciente aprenda a identificar, medir y regular la intensidad de sus emociones negativas. Esta escala, generalmente del 1 al 10, permite visualizar cómo se incrementan las emociones dependiendo del tipo y cantidad de pensamientos negativos.

Durante la intervención, el terapeuta entrega al paciente una hoja con el termómetro emocional para que lo tenga visible en su espacio cotidiano. La persona aprende a ubicarse emocionalmente y a registrar sus niveles de tristeza, angustia, ansiedad, etc., lo que facilita una respuesta temprana ante una escalada emocional.

Por ejemplo, si el paciente se da cuenta de que su emoción negativa está en un nivel 6, comprende que ya se han activado varios pensamientos negativos. En ese momento, se le indica que acuda a su hoja de análisis de pensamiento para registrar lo que está sintiendo y pensando.

Esta dinámica permite interrumpir el ciclo disfuncional entre pensamiento y emoción antes de llegar a niveles de bloqueo, desesperanza o crisis. La hoja se complementa con ejercicios del modelo ABC y sirve también como insumo para trabajar la reestructuración cognitiva en sesiones posteriores. En palabras de la especialista, el termómetro es útil no solo para evaluar emociones, sino como guía práctica para el autocuidado emocional entre sesiones.