La evolución humana y la dieta carnivora dieta

Una de las hipótesis más aceptadas mundialmente, es que la dieta carnívora jugó un papel fundamental en el desarrollo evolutivo del Homo erectus, un hominido que apareció hace casi 2 millones de años en la región asiática. Uno de los rasgos que hacia al Homo erectus diferente de sus predecesores, es que poseia un cerebro más grande, y coincidia en muchos aspectos con las características de los humanos contemporáneos. La mayoría de los estudios científicos con los que contamos hasta la fecha, coinciden en que la dieta carnívora propició ese aumento en el tamaño del cerebro del Homo erectus.

¿Omnivoros o carnivoros?

Analizando la biologia del cuerpo humano moderno, científicos de varias universidades como la de Tel Aviv y Minho, en Israel y Portugal respectivamente, intentaron determinar cuál era la dieta de los hombres de la Edad de Piedra. Por muchos años se creia que eran omnivoros, lo que significa que su fuente de alimentación provenia tanto de plantas como animales, sin embargo, el articulo publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology, demostró que la dieta aquellos hombres estaba en principio basada en el consumo de carne.

El investigador Ben-Dor de la Universidad de Tel Aviv explica que, al ser la evolución un proceso lento, en nuestro cuerpo se encuentran aun las evidencias necesarias para reconstruir los hábitos alimenticios de los primeros hombres que habitaron la Tierra. Es así, que los investigadores se dedicaron a examinar características y procesos biológicos de los humanos de hoy, como la genética, el metabolismo y la complexión física.

Los resultados de dichas investigaciones apuntan a que la dieta carnívora fue la base alimenticia de los hombres de la Edad de Piedra. Se encontraron altos niveles de acidez en nuestros estómagos, señal de alimentación a base de carne. Estas cifras son mucho menores en seres vivos omnivoros. La acidez estomacal es una barrera protectora con la que contaban los humanos para protegerse de las bacterias que contenian las carnes viejas de los animales que cazaban.

Por otro lado, se ha comprobado a través del estudio de los huesos encontrados de las primeras razas humanas, que en principio estas se especializaron en la caza como forma primitiva de supervivencia. La agricultura llegó después, con el desarrollo de herramientas y técnicas especializadas para procesar los productos agrícolas.

Otro indicio que apunta más a la idea de que eran carnivoros y no omnivoros son las células de grasa. Los animales que se alimentan tanto de plantas como animales no poseen muchas células adiposas, en cambio los carnivoros tienen mayor cantidad. El ser humano actual cuenta con una cifra alta de células adiposas, lo que nos asemeja a muchos depredadores, esto es considerado por los científicos como una característica heredada por nuestros antepasados.

Finalmente, los estudios concluyen en que los primeros hombres fueron hipercarnivoros, lo que no quiere decir que no consumian vegetales, solo que estos no eran significativos en su alimentación.

Otros factores a tener en cuenta

Los estudios que intentan avalar la idea, de que la dieta carnívora jugó un papel trascendental en la evolución de la raza humana, no se ciñen solo a los elementos antes mencionados.

El esmalte de las piezas dentales ha sido examinado por antropólogos, para determinar a partir del desgaste de este, el tipo de dieta que practicaban los hombres primitivos. No obstante, afirmar rotundamente que fueron carnivoros solo por este dato resulta cuanto menos especulativo.

Es por esto que se decidió profundizar en las estrategias que empleaban estos hombres para conseguir sus alimentos. El desarrollo del cerebro está condicionado en gran medida por este factor. En dependencia del grado de dificultad de las estrategias trazadas para buscar fuentes de alimentación, está el tamaño y la complejidad que tendria el cerebro. A su vez, el crecimiento del mismo necesita indispensablemente de un consumo alto de proteínas y nutrientes.

Hipótesis contraria a la dieta carnivora

Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, afirma que aunque efectivamente, existen vastas evidencias en registros fósiles que apuntan a que la dieta carninora era la base alimenticia del Homo erectus, esto no se debe necesariamente a una ingesta sostenida de proteína de origen animal.

La hipótesis sostiene que la cantidad de evidencia encontrada está condicionada por un aumento en la intensidad del muestreo. Es decir, que se está experimentando desde hace varios años, una tendencia a la excavación compulsiva en busca de soporte para la teoría de la dieta carnívora como base de la evolución, y en cambio se pasan desapercibidos elementos que prueban lo contrario.