Entendiendo el Patriarcado como Sistema

Definición y Componentes Estructurales

Para abordar la desigualdad de raíz, es fundamental comprender qué es el patriarcado más allá de su definición etimológica tradicional.

Aunque históricamente el término aludía al "gobierno del padre" sobre una familia extensa, en la sociología moderna su significado ha evolucionado hacia un concepto más amplio: el predominio de lo masculino en la estructura social.

No se trata de actos aislados de individuos, sino de un sistema articulado de estructuras y prácticas sociales donde los hombres dominan, oprimen y explotan a las mujeres. Este sistema se sostiene sobre tres pilares fundamentales.

• Primero, es una estructura social organizada, no un evento aleatorio.
• Segundo, se basa en la premisa ideológica de que lo masculino es superior a lo femenino.
• Tercero, se manifiesta mediante un control desproporcionado por parte de los hombres sobre los recursos económicos, la toma de decisiones y la producción cultural.

Es crucial entender que este control no es absoluto; existen mujeres que alcanzan posiciones de alto poder, como directoras ejecutivas o jefas de estado, pero su presencia individual no desmantela por sí sola la estructura sistémica que sigue favoreciendo al colectivo masculino en términos generales.

El sistema tiene una doble vertiente: una estructura visible (quién ocupa los puestos de poder) y una ideología invisible que justifica y naturaliza esa desigualdad a través de la cultura, el lenguaje y las costumbres.

Orígenes, Mitos e Interseccionalidad

Existen diversas teorías sobre el origen de este sistema. La visión tradicionalista y determinista argumenta que la biología dicta el destino: la mayor fuerza física promedio del hombre lo convirtió históricamente en cazador y guerrero, mientras que la capacidad reproductiva de la mujer la confinó al hogar.

Sin embargo, investigaciones antropológicas sobre sociedades de cazadores-recolectores refutan la idea de que la supremacía masculina sea universal o eterna, mostrando que la recolección (realizada por mujeres) era a menudo la fuente principal de sustento.

Teóricos sociales del siglo XIX, como Friedrich Engels, propusieron que la desigualdad no es natural, sino histórica, surgida con la aparición de la propiedad privada.

Según esta visión, para asegurar que la riqueza se transmitiera a sus descendientes legítimos, los hombres necesitaron controlar la reproducción femenina, derrocando sistemas previos más igualitarios o matrilineales.

Además, el patriarcado no opera en el vacío; funciona a través de la interseccionalidad.

Esto significa que el género se cruza con otros sistemas de jerarquía como la clase económica, la etnia o el estatus social.

Por ejemplo, un hombre ejecutivo de alto nivel ejerce un poder distinto al de un trabajador migrante, aunque ambos se beneficien de ciertos privilegios masculinos en sus respectivos contextos.

La opresión, por tanto, es multidimensional y se refuerza mutuamente entre estos sistemas.

Resumen

El patriarcado moderno trasciende la autoridad familiar, definiéndose como un sistema social articulado donde lo masculino predomina estructuralmente, oprimiendo y explotando a las mujeres mediante prácticas sociales organizadas y no como actos aislados.

Este sistema se fundamenta en la premisa ideológica de la superioridad masculina, ejerciendo un control desproporcionado sobre los recursos económicos y la toma de decisiones, naturalizando la desigualdad a través de la cultura invisible.

Su origen no es biológico sino histórico, vinculado a la propiedad privada y el control reproductivo. Además, opera interseccionalmente, cruzándose con jerarquías de clase y etnia que refuerzan mutuamente las múltiples dimensiones de opresión.