El Viaje Mental al Futuro. La Fábrica de la Ansiedad Presente

El Origen Futuro del Malestar Presente

Aunque la sensación de estrés siempre se experimenta en el presente, su verdadera causa a menudo radica en la forma en que proyectamos nuestra mente hacia el futuro.

Nosotros mismos nos empezamos a cargar con una gran cantidad de pensamientos negativos, malestar y tensión, debido a cómo imaginamos que serán las situaciones que vendrán.

Este viaje emocional hacia lo que aún no ha ocurrido es el que alimenta la ansiedad que sentimos hoy, convirtiendo la anticipación en una fuente de desequilibrio.

Nuestra mente se adelanta a los acontecimientos, trayendo al ahora las emociones negativas de un futuro que, en la mayoría de los casos, es completamente incierto y no definido.

La Doble Vía de la Anticipación: Emoción versus Miedo

Nuestra mente tiende a ver los eventos futuros de dos maneras completamente distintas, ya que podemos anticiparlos con una gran emoción o con un profundo y paralizante miedo.

Cuando pensamos en algo positivo que está por suceder, como unas anheladas vacaciones, lo que sentimos es una vibrante emoción que nos llena de una energía muy positiva.

Sin embargo, cuando tenemos que entregar un proyecto importante mañana, lo que sentimos es miedo, angustia y una enorme preocupación por algo que todavía no ha sucedido.

El estrés, por lo tanto, no proviene del evento en sí, sino de la expectativa negativa que hemos construido en nuestra mente con respecto a cómo se desarrollará dicho evento.

La Construcción del Peor Escenario Posible

Una de las principales fuentes de estrés es nuestra tendencia a inventarnos y meternos en la cabeza el peor escenario posible que podría llegar a suceder en el futuro.

Por ejemplo, antes de una entrevista importante, empezamos a imaginar que nos harán preguntas difíciles, que no estaremos preparados y que los entrevistadores nos mirarán con desaprobación.

Incluso antes de intentar hablar con una persona que nos interesa, ya hemos construido en nuestra mente la idea de que nos va a rechazar y que fracasaremos.

En ese preciso instante en que imaginamos el fracaso, comenzamos a estresarnos, a angustiarnos y a llenarnos de miedos por cosas que aún no han ocurrido.

Es esta construcción mental de la catástrofe lo que nos hace sentir mal en el presente, paralizándonos y saboteando nuestras posibilidades de éxito antes de siquiera haberlo intentado.

La Invalidez del Miedo: Cuestionando Nuestras Propias Catástrofes

Al analizar honestamente nuestras vidas, debemos preguntarnos cuándo fue la última vez que el peor resultado posible que imaginamos ocurrió tal cual, o incluso peor, en la realidad.

La verdad es que esto sucede en un porcentaje mínimo de las ocasiones, porque normalmente nuestra mente juega con nosotros, permitiendo que la imaginación divague hacia lo absurdo.

Permitimos que nuestra mente se imagine lo peor, llegando a situaciones extremas y exageradas que lo único que logran es estresarnos profundamente en el momento presente.

Este hábito mental no solo nos llena de una ansiedad innecesaria, sino que también nos impide movernos con confianza y seguridad en la dirección correcta para alcanzar nuestros objetivos.