El ayuno intermitente en la dieta endomorfa

El ayuno intermitente es uno de los mecanismos de pérdida de peso más polémicos que existe, lo cierto es que ha demostrado ser efectivo en la reducción de peso y cuenta con muchos entusiastas alrededor del mundo. No obstante a lo dicho anteriormente, el ayuno intermitente no es una buena opción si usted presenta un cuerpo endomorfo, este mecanismo no le ayudará a perder peso, todo lo contrario, potenciará los factores que hacen que una persona endomorfa tienda a engordar.

A lo largo de esta guía nos adentraremos en los aspectos básicos del ayuno intermitente y analizaremos los factores fundamentales que hacen del ayuno intermitente una opción totalmente descartable si usted presenta un cuerpo endomorfo y desea bajar de peso.

¿En qué consiste el ayuno intermitente?

EL ayuno intermitente consiste en practicar de forma regular la interrupción de toda ingesta de alimentos, exceptuando el agua, durante un tiempo determinado. Este sistema presenta numerosas variantes en cuanto al tiempo que se debe restringir la ingesta de alimentos. Hay algunos que consisten en dejar de comer por 8 o 12 horas, mientras que otros llegan a exigir la interrupción de alimentos por un día entero.

La idea detrás de todo esto es que nuestro organismo cuente con el tiempo necesario para llevar a cabo de forma efectiva la reparación celular, reduzca los niveles de insulina y restablezca ciertos patrones saludables en nuestro cuerpo.
Ha mostrado beneficios como la eliminación de grasa de nuestro organismo; control de la presión arterial; control de los triglicéridos; mejor desarrollo celular; entre muchos otros.

El ayuno intermitente al final resulta tan popular por lo efectiva que es. Es una dieta muy comprobada en sus beneficios, y no exige que llevemos mucho tiempo realizándola para empezar a notar sus efectos.

Ayuno intermitente en personas endomorfas: Si el ayuno intermitente es tan efectivo como dicen, ¿por qué no es recomendado para personas que poseen un cuerpo endomorfo?

Bueno, la cuestión es que una vez más, lo que es bueno para algunos no tiene por qué serlo para otros. Los cuerpos endomorfos poseen características muy particulares que los hacen especiales a la hora de preparar una dieta. El problema básico de las personas endomorfas es que su organismo posee una habilidad, que ha perdurado en el tiempo, para almacenar grasa después de cada comida, de esta forma busca preservar ciertas reservas para los periodos de mayor escasez. Esto lo consigue desacelerando nuestro metabolismo, de esta manera obtiene lo que necesita para satisfacer la demanda de energía de nuestro cuerpo para sus tareas diarias, y retiene un excedente para poder sumarlo al almacén de grasa.

Dicho esto, mientras menos comamos más se encienden las alarmas en nuestro organismo, siendo así que la reacción defensiva por defecto es desacelerar aún más el metabolismo y acumular más grasa de lo normal. Esta grasa que acumulamos difícilmente lograremos quemarla posteriormente, al menos que cambiemos drásticamente nuestro estilo de alimentación.

Comer menos, o dejar de comer durante unas horas como plantea el ayuno intermitente, no es una buena idea. Lo que lograriamos es que durante esas horas nuestro metabolismo se desacelere y cuando volvamos a comer aumenten las reservas de grasa para prepararse para el próximo ayuno. La estrategia para combatir la grasa en los cuerpos endomorfos nunca puede ser dejar de comer, sino establecer una dieta rica en proteínas y baja en carbohidratos, que combinado a intensas sesiones de ejercicios de fuerza nos permita quemar calorías y usar las grasas como fuente de energía.

Si bien el ayuno intermitente puede ser una buena opción para muchas personas, no lo es para alguien que sufra la condición de poseer un cuerpo endomorfo.

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