La autoconciencia: mejorar la percepción de uno mismo

La autoconciencia es una habilidad que debemos cultivar si deseamos progresar tanto en el ámbito personal como en el emocional. Implica poder mirarnos hacia el interior y saber leer correctamente cuál es nuestro estado emocional, qué nos afecta, qué aspectos debemos de trabajar con mayor prontitud y cuáles son nuestras debilidades. Es muy difícil desprendernos de nuestro ego para aceptar de forma sincera aquello que no queremos ver. La autoconciencia es un recurso muy valioso, pero se debe desarrollar con constancia y mucho trabajo.

A lo largo de esta guía, abordaremos algunos de los consejos que podrían resultarte de utilidad si deseas trabajar en el desarrollo de esta habilidad.

Acepta tus debilidades

Todos tenemos puntos fuertes y débiles, por lo general aprendemos a potenciar aquellos aspectos con los que nos sentimos bien, pero obviamos la existencia de nuestras debilidades. Nuestro orgullo nos nubla el juicio a la hora de autopercibirnos de forma integral, ocultamos nuestras flaquezas, lo que conlleva a que las mismas sobresalgan en los momentos que menos deseamos.

Quizás tienes ambiciones de montar un negocio en un país extranjero, entonces te enfocas en engrandecer tu ego bajo la creencia de que eres muy bueno en lo que haces, pero no notas que ni siquiera te has preocupado por conocer el idioma del país donde piensas emprender, su cultura, sistema legal o mercado. Tener autoconciencia conlleva no solo reconocer que tienes debilidades, sino buscarlas y aceptarlas. Solo así podrás trabajar en ellas.

Aprende de tus emociones

Nuestras emociones impactan de forma considerable en nuestras acciones y resultados. No siempre nos sentimos de igual manera, y el estado anímico es fundamental en el logro de resultados exitosos. Tenemos que ser capaces de aprender a conocer cuál es nuestro estado emocional. No es lo mismo tomar decisiones cuando estamos molestos o deprimidos que cuando estamos calmados. Leer nuestras emociones de forma crítica te permitirá aprender de ti, conocerte mejor y saber a qué porcentaje de productividad estás trabajando en estos momentos.

Aprender de nuestras emociones no es lo mismo que suprimirlas o controlarlas. Las emociones son naturales, y una mala noticia despertará en ti un cúmulo de sentimientos. Lo importante no es que trabajes en suprimir esos sentimientos, sino que sepas reconocerlos para poder apreciar con claridad si te encuentras en un buen momento para tomar una decisión, conversar con alguien o incluso ir a trabajar.

Predecir tu comportamiento

Predecir tu comportamiento tiene mucha relación con aprender de tus emociones. Cuando nos conocemos de forma profunda podemos predecir qué impacto tendrán determinados acontecimientos en nuestro estado anímico y cómo pudiésemos reaccionar al respecto. Predecir tu comportamiento te ayudará en el autocontrol. Si sabes que estás irritado, lo más probable es que te molestes por cosas sin importancia. Sabiendo esto, asumirás una postura más flexible a la hora de intercambiar con otras personas, y si hay algo que no te gusta, lo reservarás para un momento en el que te encuentres más calmado y puedas reflexionar sobre ello antes de actuar.

De igual manera, esto se aplica a los nervios. Si una situación te pone nervioso, lo mejor es saber de antemano que pasarás por ello. Eso no evitará el nerviosismo, pero eliminará la sorpresa, lo que te permitirá ser mucho más racional, incluso durante ese estado emocional. La predicción es una cualidad muy valiosa. Si logras anticiparte a las cosas que pueden afectarte, disminuirás el impacto que estas tienen sobre ti. De igual manera, podrás evaluar estrategias para actuar de forma más efectiva, reduciendo los riesgos y pérdidas. Tu estado emocional es la clave para una correcta predicción. Empieza por aprender de tus emociones y mejorarás en tus predicciones.