Detecta los problemas reales

El coach es un profesional formado para el manejo de situaciones problémicas que requieren ser abordadas desde otras perspectivas, donde la experiencia y la pericia son clave para encontrar soluciones creativas y efectivas. Los problemas que se traten durante las sesiones deben ser identificados en las primeras fases, a menudo llamadas sesiones de descubrimiento. El proceso de identificación de los problemas es crucial, ya que las estrategias y acciones dependerán directamente de la naturaleza y tipología de los mismos.

En esta guía abordaremos algunos de los elementos más importantes sobre la correcta identificación de los problemas del cliente, con el fin de optimizar la efectividad de las soluciones propuestas.

Errores comunes a la hora de identificar los problemas

Es común cometer errores cuando no identificamos correctamente los problemas reales de los clientes. A menudo, cuando alguien se acerca para comunicar una preocupación o problema, su perspectiva puede estar distorsionada, lo que lleva a que la magnitud de los hechos se vea exagerada o mal interpretada.

Un error habitual es enfocarse en problemas secundarios que en realidad son el resultado de un problema mayor. Es esencial que el coach sepa discernir cuándo se está tratando una cuestión superficial y cuándo se está frente a la verdadera raíz del problema.

La distorsión de los problemas

La distorsión de los problemas por parte del cliente es un fenómeno común. La visión del cliente sobre sus propios problemas está influenciada por sus emociones y circunstancias personales. Por ello, no podemos basar nuestro análisis únicamente en la emoción con la que el cliente nos presenta el problema, sino que debemos usar el sentido común y la racionalidad para evaluar la situación objetivamente.

La ventaja de consultar con un coach radica en recibir una visión neutral sobre los hechos presentados. Si el coach no puede formarse un juicio propio y equilibrado sobre lo que le cuenta el cliente, será imposible ofrecer soluciones coherentes que aborden el problema real en su justa magnitud.

Problemas derivados del problema principal

Uno de los errores más comunes es no distinguir entre el problema principal y los problemas derivados. Un problema central puede generar múltiples problemas secundarios, y si nos concentramos únicamente en estos, es probable que no logremos avances significativos.

No es útil malgastar esfuerzos en resolver los problemas derivados sin abordar la causa principal. Si se elimina el origen del problema, los efectos colaterales desaparecerán de forma natural. Al escuchar al cliente, es vital prestar atención a lo que está detrás de cada situación para determinar si lo que se narra es un problema en sí o una consecuencia.

Una forma eficaz de descubrir la raíz del problema es hacer preguntas como: “¿Por qué crees que esto está ocurriendo?” Esto puede ayudar a identificar las causas reales detrás de los hechos narrados. Solo enfrentando esas causas se pueden eliminar efectivamente los problemas derivados.