Hábitos para Estudiar: Estrategias Clave

El ser humano, en su interrelación con el medio que lo rodea, es una especie de hábitos. Los hábitos no son más que aquellas conductas repetidas de forma sistémica, que se incorporan inconscientemente como una rutina automatizada, que como rutina al fin, ofrecerá poca resistencia al individuo que busque seguirla.

Evidentemente existen hábitos positivos y hábitos negativos. Un hábito negativo puede ser consumir tabaco, cuyo consumo reiterado es la causa de numerosas enfermedades mortales. En referencia al estudio, los hábitos tienen un valor incalculable, cuando encontramos rutinas que potencian la efectividad de nuestras horas de aprendizaje, y las incorporamos en nuestros periodos de estudio, es posible obtener mejores resultados con un gasto menor de esfuerzo.

Teniendo esto en cuenta, te proponemos el siguiente tema, donde te presentaremos algunos hábitos de estudio que pueden resultarte útiles para mejorar tus jornadas de aprendizaje. Como es natural, existen muchos otros a parte de los que te mencionaremos, lo importante es que comprendas la lógica de los aportes que obtendrás al ir incorporando pequeños hábitos cada día.

Crea tu plan semanal de estudio

Un hábito muy efectivo puede ser organizar tu semana de estudio, haciendo uso de una agenda o de cualquier dispositivo electrónico que brinde esta posibilidad, organiza las tareas que tienes pendiente atendiendo a su grado de urgencia y dificultad.

Distribuir tus actividades pendientes a lo largo de la semana te permitirá apreciar con mayor facilidad la carga real de tareas que tienes que completar, podrás trazarte estrategias, y regular a tu gusto la intensidad de cada uno de tus días.

Debes tomarte un día para organizar estos aspectos, cada semana que pase, el hábito se verá fortalecido, siendo así que no necesitarás ni pensar en ello cuando ya lleves un tiempo haciéndolo de forma rutinaria.

Correcto hábito de sueño

El sueño es de los aspectos más sufridos para cualquier estudiante, trasnochar es un evento muy común en la vida estudiantil. Lo que suele pasar es que nos infundamos la falsa creencia de que haciendo esto estamos aprovechando más el tiempo, cuando en realidad, al día siguiente nuestro nivel de productividad baja considerablemente, nuestras capacidades cognitivas se ven disminuidas, y afectamos nuestra salud de forma significativa.

Tenemos que adaptarnos a sostener nuestras jornadas estudiantiles en los momentos en los que debemos, sin sacrificar nuestras horas de descanso, ya que las consecuencias de caer en estos malos hábitos son muy perjudiciales, tanto para nuestra salud como para nuestros estudios.

Intenta descansar aproximadamente un mínimo de 7 a 8 horas diarias. Ten
presente que las horas de descanso nocturno son irrecuperables, así que es mejor posponer las actividades pendientes, para la mañana del día siguiente, que sacrificar la noche. Mejor acuéstate en hora, y podrás recuperar el tiempo levantándote más temprano.

Aislarse del medio

Seguramente recuerdas haberte sentado a estudiar y que constantemente te estén interrumpiendo. Es normal que en horas activas, el medio que te rodea insista en interactuar contigo. Las distracciones, los eventos que pueden llamar tu atención, las noticias, y los acontecimientos banales tomarán mucho de tu tiempo de estudio si no eres capaz de controlarlo.

Antes de empezar a estudiar debes acondicionar tu espacio para evitar que los elementos del exterior lleguen a ti con facilidad. Es como incorporar un filtro que haga que solo lo verdaderamente importante pueda llegar a ti. Para ello podrás tomar medidas como; avisar de qué estás estudiando y que solo deseas ser molestados si pasara algo urgente, alejarte de distracciones como celulares o televisores, y posponer cualquier llamada para una vez finalizado tus estudios.

Estos son solo algunos ejemplos de pequeños hábitos que mejorarán la calidad de tus estudios. Existen muchos otros que se complementarán de manera fácil, y que puedes incorporarlos con el fin de obtener mejores resultados.