Cociente intelectual
La ciencia busca comprobar a través de la medición, los resultados han de ser demostrables, medibles y cuantificables. En el afán de entender cómo funcionan cuestiones tan complejas como lo es la inteligencia, hemos desarrollado una serie de métodos con el fin de poder acercarnos a los factores que intervienen en esta y lograr medir y comparar los resultados arrojados por dichos métodos.
Es en este punto donde surge el conocido cociente intelectual o coeficiente intelectual, como también se le conoce. Este cociente ha sido blanco de muchas críticas dentro de la comunidad cientófica, esto se debe a que sus detractores consideran que querer medir qué tan inteligente es una persona usando únicamente este método es un error, ya que atendiendo a la complejidad que entraña el estudio de la inteligencia humana, es necesario abordarla desde diversos campos y con cantidades superiores de recursos.
Teniendo en cuenta la importancia que supone este tema, dedicaremos las siguientes líneas a abordar de forma general los aspectos fundamentales sobre el mismo.
Generalidades
El cociente intelectual es fruto de muchas décadas de trabajo e intentos por medir la inteligencia con la mayor exactitud posible. Surge a principios del siglo XX con el objetivo de nombrar al método utilizado para clasificar la inteligencia de los niños a través de diversas pruebas.
Desde entonces, su esencia se basa en someter al sujeto a una serie de pruebas que arrojan un resultado, este resultado se sitúa en una escala ascendente de puntos que permite clasificarlo por su nivel de inteligencia. La escala utilizada sitúa a los sujetos con valores superiores a 100 por encima de la media, mientras que los valores inferiores a 100 estarán por debajo de la media.
Clasificaciones
De 0-4: Este rango de clasificación es más doctrinal que práctico, generalmente atiende a personas con graves trastornos que son incapaces de comprender el lenguaje o comunicarse. Las personas con este nivel se encuentran más cercanos al comportamiento animal que al humano.
De 5-19: Respecto a la capacidad para comunicarse se manifiestan ciertas semejanzas con el rango anterior. La mayor distinción se encuentra en que estas personas, con el apoyo indicado, pueden llegar a mostrar una evolución moderada.
De 20-34: Escasa manifestación del lenguaje o comunicación, pueden aprender habilidades muy básicas y familiarizarse con algunos aspectos básicos del idioma.
De 35-54: Llegan a adquirir una formación escolar muy básica, pero son capaces de comprender un alcance mayor de las cuestiones cotidianas. Necesitan un gran apoyo de especialistas y de la educación especial.
De 55-69: Las personas dentro de este rango son más difíciles de identificar durante la niñez, se pueden llegar a desarrollar de forma modesta dentro de la vida laboral, ya que pueden aprender habilidades básicas.
De 70-84: Atiende a un retraso ligero, por lo que puede asociarse sobre todo al fracaso escolar. Este rango es bastante común en comparación a los otros. Estas personas suelen ver afectada su capacidad cognitiva, por lo que les cuesta más que a otros poder incorporar conocimientos nuevos.
De 85-99: Es una inteligencia ligeramente inferior a la media, por lo que en muchas ocasiones no se nota ni trae consecuencias serias para el sujeto.
De 100-114: Es un rango medio, donde el sujeto no se destaca especialmente por ser muy inteligente en comparación a otras personas, ya que como decíamos es un valor que se mueve sobre la media.
De 115-129: Es el rango donde se suelen ubicar una gran cantidad de profesionales destacados. En estos casos si se llega anotar cierta superioridad cognitiva que permite a los sujetos que la ostentan desarrollarse con mayor facilidad.
De 130 en adelante: Más de 130 ya atiende a personas superdotadas o genios. Mientras mayor sea la cifra más excepcional será el grado de genialidad.
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