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Práctica de la Meditación Sentada

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Práctica de la Meditación Sentada


La meditación sentada es una de las formas más conocidas y accesibles para cultivar el mindfulness.

Consiste en adoptar una postura cómoda y estable, y dirigir la atención hacia un foco elegido, con el objetivo de desarrollar la conciencia del momento presente y aprender a relacionarse con los pensamientos y emociones de una manera más ecuánime.

Encontrando una Postura

Para comenzar, se puede simplemente sentarse en el suelo, utilizando un cojín o una manta para mayor comodidad si es necesario, o en una silla.

Las posturas tradicionales como el loto o medio loto son opciones, pero lo fundamental es encontrar una posición que permita mantener la espalda erguida sin tensión y que se pueda sostener durante el tiempo de la meditación.

Algunas personas prefieren sentarse en un cojín de manera que las caderas queden ligeramente más elevadas que las rodillas, o utilizar bancos de meditación diseñados para este propósito.

Lo importante es la estabilidad y la comodidad relativa.

El Foco de la Atención

Una vez establecida la postura, se elige un ancla para la atención.

Un foco común es la respiración, observando las sensaciones del aire al entrar y salir por las fosas nasales, o el movimiento del abdomen.

Sin embargo, el foco también puede ser las sensaciones corporales, los sonidos del entorno, o incluso la propia actividad mental.

El objetivo no es eliminar los pensamientos. Sino observarlos sin engancharse en ellos.

Manejo de los Pensamientos y la Divagación Mental

Es natural que la mente divague durante la meditación; surgirán pensamientos, recuerdos, planes o emociones.

La práctica del mindfulness no consiste en suprimir estos pensamientos.

Sino en reconocerlos cuando aparecen, sin juzgarlos, y luego suavemente redirigir la atención al foco elegido (por ejemplo, la respiración).

Cada vez que se nota que la mente se ha distraído y se la trae de vuelta, se está ejercitando el "músculo" de la atención plena.

No hay una forma "correcta" o "incorrecta" de meditar en este sentido; la clave es la intención de estar presente y la práctica de retornar al foco una y otra vez.

Con el tiempo, esta práctica puede ayudar a desarrollar una mayor distancia de los propios pensamientos, observándolos como eventos mentales pasajeros en lugar de identificarse completamente con ellos.

Esto puede ser particularmente útil para reducir la rumiación y la preocupación.

Propósito y Beneficios

La meditación sentada, practicada con regularidad, puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la capacidad de concentración y fomentar una mayor calma y claridad mental.

El objetivo no es necesariamente alcanzar un estado de "no mente" o vacío absoluto. Sino desarrollar una mayor conciencia de la propia experiencia interna y aprender a estar presente de una manera más ecuánime y despierta en la vida cotidiana.


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