Como ayudar a un compañero/a si sufre acoso escolar

El Dilema del Observador y la Ruptura del Silencio

La mayoría de los compañeros que presencian el acoso no lo aprueban, pero caen en la "espiral del silencio".

El miedo a convertirse en la próxima víctima o la creencia errónea de que "no es mi problema" les paraliza.

El primer paso para ayudar a un compañero es tomar la decisión consciente de no ser cómplice con la pasividad.

Ayudar no significa necesariamente convertirse en un héroe de acción y enfrentarse físicamente al agresor; de hecho, eso suele ser desaconsejable.

La ayuda más poderosa empieza por romper la aprobación social que recibe el acosador.

Acciones sencillas, pero de gran impacto, incluyen: no reírse de las bromas o insultos, no participar en la difusión de rumores y no dar "me gusta" a publicaciones humillantes en redes sociales.

Un observador puede mostrar su desaprobación con lenguaje corporal: apartando la mirada del "espectáculo", negando con la cabeza o, simplemente, abandonando el círculo que se forma alrededor de la agresión.

Esta falta de audiencia le resta poder al agresor.

Acciones Directas de Apoyo (Públicas y Privadas)

Existen formas seguras y efectivas de intervención. En el momento de la agresión, una táctica es crear una distracción.

Acercarse al agresor o a la víctima y hacer una pregunta sin relación ("¿Oye, qué tarea hay para mañana?") puede desviar el foco y cortar el ataque sin generar una confrontación directa.

Otra estrategia grupal es "el rescate": un grupo de compañeros puede acercarse a la víctima e invitarla a unirse a ellos ("¡Ven, vamos a jugar a otra cosa!"), sacándola físicamente de la situación de acoso.

El apoyo privado es igual o más importante. El compañero debe acercarse a la víctima en soledad y expresarle su apoyo ("Lo que te están haciendo está mal", "No estás solo/a", "Cuentas conmigo").

Este gesto valida el sufrimiento de la víctima, rompe su aislamiento y le da la fuerza que necesita.

Simplemente sentarse con él/ella en el comedor o incluirle en un trabajo en grupo son actos de defensa increíblemente poderosos que reconstruyen su red social.

La Búsqueda de Ayuda Adulta (El Recurso Crítico)

El pilar fundamental de la ayuda es informar a un adulto.

Muchos niños no lo hacen por miedo a ser vistos como "chivatos", un estigma que los propios agresores promueven para garantizar su impunidad.

Es vital entender la diferencia: "chivarse" es buscar un perjuicio para alguien por un asunto trivial; "informar" es buscar ayuda para proteger a alguien que está en peligro o sufriendo una injusticia.

El compañero debe comunicar lo que ha visto a un adulto de confianza (un profesor, el tutor, sus propios padres) de la manera más detallada posible.

Si teme represalias, puede hacerlo de forma anónima, por ejemplo, con una nota.

Esta acción no es una traición al "código de los niños", sino el acto de mayor lealtad hacia un compañero que está sufriendo.

La intervención de los adultos es indispensable para activar los protocolos y detener el acoso de raíz.

Resumen

Para ayudar, el observador debe primero romper el silencio y no ser cómplice pasivo. Acciones como no reírse o no mirar le quitan poder al agresor, ya que le niegan la audiencia que busca

El apoyo puede ser directo: crear una distracción para frenar el ataque o "rescatar" a la víctima invitándola a otro lugar. En privado, es vital validar su dolor y ofrecerle compañía

La acción más importante es informar a un adulto de confianza (profesor o padres). No es "chivarse", sino un acto de responsabilidad para proteger a alguien que está sufriendo y no puede defenderse