Eustrés vs. Distrés y el Fenómeno del Burnout
El estrés no siempre es perjudicial; su impacto varía según su duración, nuestra percepción y la naturaleza del estresor.
Es crucial distinguir entre el "eustrés" (estrés positivo o a corto plazo), que puede ser estimulante, y el "distrés" (estrés negativo o crónico), que tiene efectos perjudiciales en la salud física y mental.
Duración Subjetiva del Estrés
La consideración de un evento como estresante a corto o largo plazo es una experiencia individual y subjetiva.
Por ejemplo, una mudanza puede ser un desafío breve para una persona joven con pocas posesiones, pero transformarse en un proceso de estrés prolongado durante meses para una familia grande que debe vender una propiedad y comprar otra.
Similarmente, la preparación de una boda, aunque un evento feliz, suele implicar un estrés a largo plazo debido a la extensa planificación.
Ejemplos de Eustrés (Estrés a Corto Plazo)
El eustrés, o estrés a corto plazo, a menudo surge de situaciones que, aunque demandantes, son pasajeras o incluso emocionantes.
Ejemplos comunes incluyen tener una discusión puntual, prepararse para un examen importante, asistir a una fiesta donde no se conoce a mucha gente, el proceso de comprar un coche nuevo, planificar y disfrutar de unas vacaciones, o embarcarse en un nuevo proyecto laboral o personal que genera entusiasmo.
Ejemplos de Distrés (Estrés a Largo Plazo)
El distrés, o estrés a largo plazo, se origina en situaciones persistentes y a menudo difíciles de resolver.
Entre estas se encuentran el desempleo prolongado mientras se buscan nuevas oportunidades durante meses, vivir en condiciones ambientales o habitacionales desfavorables, la ardua tarea de cuidar a un familiar con una enfermedad crónica o discapacidad, o los desafíos de una mudanza compleja a otra ciudad o país.
Efectos Ambivalentes del Eustrés
El estrés a corto plazo (eustrés), especialmente cuando se percibe como un desafío positivo, puede tener efectos beneficiosos como un aumento de energía, mayor motivación, estado de alerta y una mejora en la concentración y claridad mental.
Sin embargo, incluso este tipo de estrés puede generar ansiedad, inquietud, sensación de agobio si las demandas son altas, irritabilidad ocasional e incluso momentos de tristeza o frustración si los resultados no son los esperados.
Efectos Mentales y Fisiológicos Iniciales del Estrés
A nivel mental, incluso el estrés a corto plazo puede causar dificultades para enfocar la atención, sensación de confusión y olvidos temporales.
Fisiológicamente, es común que desencadene cefaleas tensionales, problemas digestivos leves (como malestar estomacal), y alteraciones en los patrones de sueño (dificultad para conciliarlo o mantenerlo) y en el apetito (aumento o disminución).
Estos suelen ser efectos transitorios si el estrés no se prolonga.
Adaptación al Estrés Crónico y Desgaste Energético
Cuando el estrés se vuelve crónico, el cuerpo humano tiene una notable capacidad de adaptación y la persona puede llegar a "acostumbrarse" a vivir bajo una tensión constante, sin siquiera percibirlo como algo anómalo.
No obstante, este estado de alerta fisiológico y psicológico sostenido conlleva un desgaste progresivo y significativo, agotando las reservas de energía del organismo y dejando una sensación generalizada y persistente de cansancio, fatiga y falta de vitalidad.
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