Mindfulness y la Percepción del Envejecimiento
La investigación sobre el mindfulness ha explorado su potencial no solo para mejorar el bienestar en el presente.
Sino también para influir en la percepción y los marcadores del proceso de envejecimiento.
Un estudio notable en esta área investigó si adoptar un entorno y una mentalidad correspondientes a una época anterior podría revertir o mitigar algunos signos del envejecimiento.
El Estudio del "Retroceso Temporal"
En un experimento innovador, se reclutó a un grupo de hombres de entre 75 y 80 años y se los trasladó durante una semana a un resort especialmente acondicionado para recrear el ambiente de 1959.
Es decir, aproximadamente 20 años antes de la fecha en que se realizó el estudio.
Se les pidió que no llevaran consigo ningún objeto ni material (libros, revistas) que fuera más reciente que ese año.
El entorno estaba meticulosamente diseñado para evocar esa época: los periódicos, las revistas disponibles, los programas de radio y televisión, las películas y los eventos deportivos que se proyectaban o discutían eran todos de 1959.
Dos Grupos de Intervención
Los participantes fueron divididos en dos grupos. A ambos se les comunicó la creencia de que la estancia en el resort tendría un impacto positivo en sus vidas.
Al grupo de control se le pidió que discutiera y recordara el año 1959 utilizando el tiempo pasado. Es decir, como un ejercicio de reminiscencia.
Al grupo experimental, en cambio, se le instruyó para que actuaran y vivieran "como si" realmente estuvieran en 1959, encarnando a la persona que eran en esa época.
Se les animó a hablar en tiempo presente sobre los acontecimientos de 1959 y a comportarse como lo harían dos décadas antes.
Resultados Asombrosos
Antes, durante y después de la estancia, se realizaron diversas mediciones y grabaciones en vídeo de los participantes, evaluando aspectos como la fuerza física, la visión, la audición y las capacidades cognitivas. También se tomaron fotografías.
Los resultados fueron sorprendentes. El grupo experimental, aquel que vivió activamente como si estuviera en 1959, mostró mejoras notables en la visión, la audición y la habilidad cognitiva.
Su presión arterial disminuyó, se movían con mayor agilidad y presentaban una postura más erguida.
Incluso el grupo de control, que solo rememoró el pasado, experimentó algunos beneficios, como una mejora en el aspecto físico y en los patrones de sueño y alimentación.
Este estudio sugiere que el mindfulness, entendido aquí como una inmersión consciente en un estado mental y un entorno que evoca juventud y vitalidad, puede tener efectos positivos medibles sobre marcadores asociados al envejecimiento, resaltando el poder de la mente y la percepción sobre el bienestar físico.
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