Atribución al Azar. [Es por la Mala Suerte]
Atribuir los acontecimientos a la "mala suerte" es una forma de explicación que sitúa la causalidad en factores externos e inestables.
Es decir, en circunstancias que escapan al control personal y que se perciben como variables y dependientes del azar.
Si bien es cierto que el azar y factores imprevistos existen y pueden influir en los resultados, una tendencia exagerada a recurrir a esta explicación puede tener consecuencias negativas.
La Suerte como Factor Real pero Limitado
Es innegable que la suerte o el azar juegan un papel en la vida. Nacer en un entorno más o menos favorable, encontrarse con oportunidades inesperadas o sufrir contratiempos imprevistos son ejemplos de cómo factores fortuitos pueden influir.
Una parte de lo que nos sucede, tanto en los éxitos como en los fracasos, puede depender de estas circunstancias inestables que no controlamos directamente.
La Victimización por Exceso de Atribución a la Suerte
Cuando una persona tiende a atribuir de forma exagerada y sistemática sus fracasos o problemas a la "mala suerte", puede caer en una actitud de victimización.
Si se cree que "la vida es mala suerte" o "yo tengo mala suerte", y además se percibe que no se tiene ningún control sobre ello, es fácil adoptar una postura pasiva.
Esta mentalidad puede llevar a dejar de esforzarse o a no tomar cartas en el asunto para cambiar la situación, ya que se asume que todo depende de factores externos e incontrolables.
La Vertiente Adaptativa. Reconocer Factores Externos No Controlables
No obstante, reconocer la influencia de factores externos e inestables también puede tener una vertiente sana y adaptativa.
Por ejemplo, si al montar un negocio este fracasa debido a una crisis económica imprevista y muy fuerte, es razonable pensar que ha habido un componente de "mala suerte" o, al menos, de circunstancias externas desfavorables que no eran totalmente previsibles ni controlables.
En estos casos, aun
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