Aptitud Cerebral y su Rol en la Resiliencia
Las personas resilientes no solo cuidan su condición física. Sino que también ejercitan y mantienen la aptitud de su cerebro.
La capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse, conocida como neuroplasticidad, junto con prácticas mentales específicas, juega un papel crucial en el fortalecimiento de la resiliencia.
Neuroplasticidad. El Cerebro Moldeable
El concepto de que la materia cerebral es "plástica" fue una idea revolucionaria que se remonta a finales del siglo XIX.
Investigaciones más recientes sobre la neuroplasticidad han confirmado que el cerebro no es una estructura fija que deja de cambiar después de la juventud.
Sino que se modifica continuamente hasta el día de nuestra muerte, en respuesta a nuestras acciones y experiencias.
Cada encuentro y cada situación alteran el cerebro, que sigue cambiando y creando nuevas vías neuronales.
Este conocimiento es poderoso, ya que implica que podemos influir activamente en la estructura y función de nuestro cerebro a través de nuestro comportamiento.
De hecho, enseñar a los niños y jóvenes sobre la neuroplasticidad –explicarles que sus acciones pueden cambiar físicamente su cerebro– ha demostrado mejorar significativamente su rendimiento académico.
Práctica Deliberada para el Desarrollo Cerebral
La "práctica deliberada" es un concepto clave para el desarrollo de habilidades y la mejora de la función cerebral.
A diferencia de la simple repetición de lo que ya se sabe hacer bien, la práctica deliberada implica enfocarse conscientemente en aquellas áreas donde uno no es competente o incluso donde no se puede realizar la tarea en absoluto, realizando un esfuerzo constante y enfocado por mejorar.
Es este tipo de práctica la que conduce a la maestría y, por extensión, fortalece la resiliencia al aumentar la capacidad de enfrentar y superar desafíos cognitivos y emocionales.
Ejercicios para la Aptitud Cerebral
Existen diversas actividades y ejercicios que pueden contribuir a mantener y mejorar la aptitud cerebral, previniendo la pérdida de memoria y aumentando la agilidad mental.
Algunas recomendaciones incluyen:
- Realizar tareas que son difíciles o que nunca se han hecho antes, como cepillarse los dientes con la mano no dominante durante un período sostenido, lo cual puede incluso aumentar la fuerza de voluntad.
- Comer alimentos que nunca se han probado, tomar caminos diferentes al habitual o realizar actividades cotidianas de formas nuevas (como vestirse con los ojos cerrados).
- Exponerse a contenidos (libros, películas, programas) que desafíen la propia forma de pensar y que no necesariamente se alineen con las creencias preexistentes.
- Practicar técnicas de visualización, una herramienta utilizada por atletas para mejorar el rendimiento, que consiste en imaginarse alcanzando una meta o superando un desafío.
- Rodearse de personas que estimulen el crecimiento personal y mantener una actitud de aprendizaje continuo a lo largo de la vida.
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