Enfermedades Cardiovasculares (II)
Las enfermedades cardiovasculares son todas aquellas afecciones que dañan el corazón o los vasos sanguíneos.
En las estadísticas sanitarias mundiales 2020 de la organización mundial de la salud, se plantea:
- “se estima que en 2016 murieron 41 millones de personas en el mundo a causa de enfermedades no transmisibles (ENT), lo que equivale al 71% de todas las defunciones. La mayoría de esas muertes se debieron a cuatro enfermedades no transmisibles (ENT) enfermedades cardiovasculares (17,9 millones de muertes), cáncer (9 millones), enfermedades respiratorias crónicas (3,8 millones) y diabetes (1,6 millones)”.
- “las causas subyacentes de las principales enfermedades no transmisibles son complejas. Comprenden predisposiciones genéticas y también comportamientos de riesgo modificables (como el consumo de tabaco, el uso nocivo del alcohol, la inactividad física y las dietas malsanas) y riesgos ambientales (como la contaminación atmosférica), cuya prevalencia varía según la ubicación geográfica, el grupo de ingresos y el sexo”.
Enfermedades cardiovasculares más frecuentes
Enfermedad de las arterias coronarias: ocurre cuando el flujo sanguíneo que llega al corazón se ve afectado por la acumulación de placas en la pared de las arterias coronarias. Las enfermedades coronarias incluyen:
- Angina de pecho: es una enfermedad ocasionada por el insuficiente aporte de sangre (oxigeno) a las células del músculo del corazón. Puede provocar un dolor en la región retroesternal. La angina de pecho se asocia con un riesgo elevado de padecer episodios cardiovasculares fatales.
- Infarto agudo de miocardio (paro cardiaco): se produce por la muerte de células cardiacas, provocada por disminución transitoria o permanente del flujo sanguíneo (isquemia), resultante del desequilibrio entre la demanda y el aporte de riego sanguíneo por la circulación coronaria. El infarto agudo de miocardio es la principal causa de muerte de hombres y mujeres en todo el mundo.
Enfermedad vascular periférica: es la obstrucción de grandes arterias que irrigan los brazos y las piernas. Puede producirse por arterioesclerosis, procesos inflamatorios, estrechamientos, embolismo o formación de trombos. Provoca falta de irrigación sanguínea (isquemia) en forma aguda o crónica.
Enfermedad cerebrovascular (incluye el ictus): comprende un grupo de trastornos de los vasos sanguíneos cerebrales, que provocan una disminución temporal o permanente de la función de una región amplia del cerebro o de una zona pequeña o focal, sin que exista otro motivo aparente que el origen vascular. La enfermedad cerebrovascular provoca isquemias (falta de sangre) o hemorragias (derrames), ocasionando o no, sintomatología o secuelas neurológicas. El principal factor de riesgo para la ocurrencia de estos trastornos es la hipertensión arterial.
Estenosis de la arteria renal: consiste en el estrechamiento de la arteria renal, vaso sanguíneo que conduce la sangre al riñón. Su obstrucción disminuye el flujo sanguíneo al riñón y provoca insuficiencia renal e hipertensión arterial. El 90% de los casos se origina por arterioesclerosis de la arteria renal.
Aneurisma de aorta: es la dilatación en una zona puntual de la arteria aorta, que provoca una debilidad en ésta. Si no son tratados, tienden a volverse cada vez más grandes, constituyendo un grave riesgo para la salud por su potencial ruptura, que causa una masiva hemorragia interna. La formación de aneurismas se ha asociado con la arterioesclerosis, hipertensión y tabaquismo.
Miocardiopatía: es el deterioro de la función del músculo cardiaco por cualquier razón. La miocardiopatía, con frecuencia provoca arritmias y constituye un factor de riesgo de padecer paro cardiaco súbito o inesperado.
Enfermedad cardiaca hipertensiva: consiste en la hipertrofia patológica de las células cardiacas del corazón. Tiende a causar trastornos en la función del miocardio, insuficiencia cardiaca congestiva y muertes súbitas. Incrementa además los riesgos de aneurisma y el agravamiento de la arterioesclerosis.
Insuficiencia cardiaca: es la incapacidad del corazón para bombear los volúmenes de sangre necesarios a los tejidos del organismo. Es la principal causa de hospitalización en personas mayores de 65 años. La insuficiencia cardiaca es en la mayoría de los casos el resultado final de las enfermedades cardiacas primarias y de deterioro del corazón.
Enfermedad cardiaca pulmonar (cor pulmonale): comprende un grupo de cambios en la estructura y función del ventrículo derecho, como resultado de anomalías respiratorias que provocan hipertensión pulmonar. Si no es tratado puede causar insuficiencia cardiaca derecha y muerte. El síntoma más común es la dificultad para respirar.
Trastornos del ritmo cardiaco: consisten en la variación de la frecuencia o el ritmo cardiaco, producidas por la ocurrencia de trastornos en la generación o en la propagación del impulso cardiaco, a través del sistema de conducción eléctrica del corazón o la combinación de ambos. El ritmo cardiaco normal para un paciente en reposo debe estar entre los 60 y 100 latidos por minuto. Si está por encima de los 100 latidos por minuto, se considera acelerado y se denomina taquicardia, y si está por debajo de los 60 latidos, se considera desacelerado y se denomina bradicardia.
Cardiopatías inflamatorias:
- Endocarditis: es un proceso inflamatorio localizado en el revestimiento interno de las cámaras y válvulas cardiacas.
- Cardiomegalia: es el término médico que describe el agrandamiento anormal del corazón o hipertrofia cardiaca.
- Miocarditis: es el término médico que describe la inflamación del miocardio. Por lo general se produce debido a una infección viral o bacteriana. Los síntomas son: dolor en el pecho, repentina insuficiencia cardiaca y muerte súbita.
Valvulopatías: comprende todas aquellas enfermedades que afectan a las válvulas cardiacas. Las causas más frecuentes que provocan este trastorno son la fiebre reumática, los procesos degenerativos asociados a la edad y las anomalías congénitas (displasia valvular).
Enfermedad cardiaca congénita: son malformaciones de la estructura cardiaca, existentes al nacer.
Fiebre reumática: es una enfermedad inflamatoria, no supurativa y recurrente, producida por la respuesta del sistema inmunitario de ciertas personas, predispuestas a los antígenos de la bacteria estreptococo del grupo a betahemolitico (streptococcus pyogenes).
La fiebre reumática puede afectar cualquier parte del organismo, principalmente el corazón. Es la causa más común de cardiopatías en personas entre 5 y 30 años de edad en países subdesarrollados, constituyendo la principal causa de muerte por enfermedades cardiacas en menores de 45 años.
Factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares
El origen de las enfermedades cardiovasculares depende de la interrelación compleja de un grupo de factores no modificables, como la edad, el sexo, la herencia, y de otros que pueden corregirse, como la alimentación, el consumo de sustancias tóxicas y los niveles de actividad física. Este encadenamiento entre factores de tan diversa naturaleza, constituye un obstáculo para el diseño de estrategias que permitan reducir a corto plazo, el gran número de muertes cardiovasculares que se producen cada año.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad científica mundial, en pos de reducir el número de enfermos y de muertes prematuras que las enfermedades cardiovasculares provocan, su incidencia continúa siendo alta, debido a la presencia constante de un grupo de factores ambientales, en particular dietéticos, que favorecen su aparición más temprana y el incremento del número de casos y de complicaciones asociadas.
Factores de riesgo no modificables:
- La edad: la edad es el factor de riesgo más significativo en el desarrollo de padecimientos cardiovasculares. Con el paso de los años la actividad cardiaca empeora, ya que aumenta el grosor de las paredes del corazón y las arterias son menos flexibles. También en las personas de mayor edad, los efectos negativos de otros factores se han acumulado. Se ha demostrado que la arteriosclerosis a menudo se inicia a una edad temprana, y puede tardar entre 20 y 30 años en llegar a provocar el bloqueo de las arterias coronarias, capaz de causar un ataque cardiaco. La acción negativa del paso de los años en el sistema cardiovascular es inevitable, sin embargo se pueden reducir esos efectos adoptando u estilo de vida saludable.
- Factores genéticos: los individuos con antecedentes familiares de ataques cardiacos, se consideran con mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares prematuramente, apareciendo en hombres antes de los 55 años y en mujeres antes de los 65 años. Se sospecha que en el incremento de los riesgos, intervengan también, la transmisión de hábitos y estilos de vida de padres a hijos, por lo que se recomienda, a las personas con historia familiar de padecimientos cardiovasculares, adoptar los estilos de vida que impidan, atenúen o retarden la aparición y desarrollo de estos trastornos.
- Género: el sexo masculino tiene un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que el femenino. Tal comportamiento se atribuye, al supuesto factor de protección que ejercen las hormonas sexuales femeninas (estrógenos). Las enfermedades coronarias son de 2 a 5 veces más comunes entre los hombres de mediana edad que entre las mujeres.
Factores de riesgo modificables:
- Niveles de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad (ldl o colesterol malo) elevados: los niveles de ldl y de colesterol total elevados en sangre se asocian al inicio y progresión de la arterioesclerosis, trastorno que incrementa los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares. Los niveles de colesterol total suelen ser superiores en personas con sobrepeso u obesas, que consumen grandes cantidades de colesterol, grasas saturadas (manteca de cerdo, mantequilla, margarina, etc.) Y no realizan actividades físicas de manera regular. Los niveles de ldl son elevados también en personas que padecen hipotiroidismo, diabéticos y fumadores.
- También se ha comprobado que los niveles elevados en sangre de lipoproteínas de alta densidad (hdl o colesterol bueno) reducen los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión: cuando se mantiene la presión sanguínea elevada de forma sostenida en el tiempo, el corazón se ve obligado a realizar un esfuerzo mayor, lo que puede provocar el aumento de su volumen y el deterioro de sus funciones (deficiencia cardiaca). Los valores de presión sanguínea superiores a los normales, provocan el endurecimiento de los vasos sanguíneos, disminuyendo la entrega de oxígeno a los órganos y sistemas, como el cerebro y el propio corazón. Para reducir el riesgo de padecer hipertensión, se recomienda reducir el consumo de sal, y evitar el sobrepeso y la obesidad, practicando una dieta saludable y realizando actividades físicas cotidianamente. Tabaquismo: es considerado el factor modificable que más favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares. El riesgo provocado por el tabaquismo aumenta proporcionalmente a la cantidad de cigarrillos que se consuma diariamente y a la cantidad de años transcurridos desde que comenzó a fumar. El humo del tabaco también constituye un factor de riesgo para las personas que no fuman, y se exponen al humo del tabaco ajeno. Se estima que en Europa el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes, estando relacionado con la aparición de 29 enfermedades. En España mueren cada año a causa del consumo de tabaco más de 50 mil personas. Dejar de fumar a cualquier edad, reduce a la mitad el riesgo de muerte por enfermedades coronarias. Alcohol: la relación entre el consumo de alcohol y las enfermedades cardiovasculares es compleja, ya que está comprobado que el consumo de cantidades moderadas de alcohol, reducirá el riesgo de sufrir algunas enfermedades cardiovasculares e incrementaría el riesgo de padecer otras. Los riesgos para la salud del consumo de alcohol superan cualquier beneficio potencial, por lo que su consumo habitual no es aconsejable.El nivel de actividad física: las personas sedentarias o que realizan un nivel de actividad física bajo, tienen mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. La actividad física regular adecuada a la edad, el sexo y la condición física del individuo favorece a la salud cardiovascular reportando los siguientes beneficios:
- > Fortalece el músculo cardiaco.
- > Contribuye al mantenimiento del peso corporal adecuado.
- > Favorece el control de los niveles de glucosa en sangre, e incrementa la sensibilidad a la insulina.
- > Eleva las concentraciones de lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno), lo que contribuye al control de la presión arterial.
La obesidad: la obesidad incrementa la carga de trabajo del corazón, favoreciendo la aparición de enfermedades coronarias, alteraciones del ritmo cardiaco y de la función ventricular. Además, provoca el desarrollo de hipertensión, diabetes e hipercolesterolemia, factores que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Al valorar el papel de la obesidad en la aparición de enfermedades cardiovasculares debemos tener en cuenta, el nivel de grasa acumulada en la región abdominal, ya que esta constituye un factor de riesgo adicional, para el padecimiento de enfermedades crónico degenerativas, por estar muy relacionada con una mayor prevalencia de la intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina, aumento de la presión arterial y aumento de lípidos sanguíneos. La dieta: la dieta cuando no es completa, equilibrada, suficiente, variada y adecuada, incrementa los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares. Dentro de los alimentos que debemos reducir su empleo para evitar estos trastornos tenemos:
- > Las grasas saturadas (manteca de cerdo, nata, mantequilla, carnes grasas, aceite de coco y palma) y grasas trans. (margarina).
- > La sal común.
- > Azúcar y refrescos industriales.
- > Carnes procesadas (jamón, chorizo, salchichón, etc.).
- > Existen también alimentos que se recomienda potenciar en las dietas por sus efectos beneficiosos para la salud del sistema cardiovascular.
Ejemplos:
- > El consumo de ácidos grasos omega-3 (& omega,-3), presente en los pescados azules, mariscos, nueces y en los aceites de soja y canola.
- > El consumo de fibra dietética contenida en los vegetales, frutas, salvado de los cereales y semillas enteras de las legumbres.
La diabetes mellitus: las complicaciones de la diabetes mellitus no diagnosticada o mal tratada incrementan notablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La diabete
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