Dinámicas de Poder en Reuniones
Diagnóstico de la Desigualdad Comunicativa
Históricamente, las salas de juntas han sido espacios diseñados por y para la comodidad masculina.
En estos foros, los hombres asumen, casi por defecto, que tienen un lugar legÃtimo en la mesa, que serán escuchados y que recibirán el crédito por sus aportaciones.
Para las mujeres, la experiencia suele ser radicalmente distinta: enfrentan interrupciones constantes, sus ideas son cooptadas y, a menudo, su presencia es desestimada.
Datos observacionales indican que los hombres llegan a dominar hasta el 80% del tiempo de conversación en las reuniones mixtas, lo que resulta en una pérdida masiva de diversidad intelectual para la empresa.
El lÃder inclusivo debe aplicar una "conciencia situacional" aguda para leer la sala.
Debe observar quién ocupa los asientos centrales y quién queda relegado a la periferia fÃsica y verbal.
Es fundamental notar patrones sutiles: ¿Se invita activamente a las colegas a participar o se las deja como espectadoras pasivas? ¿Se valida la voz de todos los asistentes por igual?.
Si una cultura organizacional premia solo a los participantes más ruidosos y rápidos ,rasgos tÃpicamente socializados en lo masculino,, se obtendrán "mujeres silenciosas" y una estrategia de negocio incompleta, carente de la sabidurÃa y creatividad que ellas podrÃan aportar.
Tácticas de Intervención y Moderación
Para corregir estos desequilibrios, se requieren intervenciones deliberadas. Una técnica efectiva es dirigir preguntas especÃficas a quienes no suelen participar por iniciativa propia, no para exponerlos, sino para valorarlos: "La Ingeniera Ruiz tiene experiencia previa en este tipo de crisis, me gustarÃa escuchar su análisis sobre el riesgo financiero".
Además, el lÃder puede ejercer un coaching previo a la reunión, aconsejando a las colaboradoras talentosas pero introvertidas que intervengan en los primeros minutos de la sesión; la estadÃstica sugiere que si no se toma la palabra al inicio ("los primeros cinco o diez minutos"), la presencia se diluye y es difÃcil recuperarla.
El desafÃo más común es la interrupción. Las mujeres son interrumpidas el doble de veces que los hombres. El aliado tiene el deber de actuar como un "semáforo humano".
Cuando detecte que alguien corta la palabra a una colega, debe intervenir fÃsica y verbalmente: levantar la mano en señal de alto y decir con firmeza pero sin agresividad: "Un momento, por favor.
Estaba realmente interesado en el punto que estaba desarrollando la Arquitecta, permitamos que termine su idea antes de cambiar de tema".
Esta acciÃ
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