Confrontación Estratégica
Desactivando el Sexismo Disfrazado de Humor
Una de las herramientas más insidiosas del patriarcado es el humor sexista. Los chistes que denigran a las mujeres o que sexualizan el entorno laboral aumentan la tolerancia general hacia el acoso y la discriminación hostil.
El desafío para el aliado es no dejarse engañar por la etiqueta de "es solo una broma".
Imaginemos una situación donde, tras cerrar un contrato difícil, un colega comenta sobre la vestimenta de la cliente en lugar de su capacidad negociadora, o insinúa que obtuvo el puesto por favores personales. Quedarse callado otorga validación tácita.
La respuesta debe dejar claro que esos comportamientos no son parte de la cultura organizacional.
Preguntas socráticas como "¿Qué tiene que ver su apariencia con su competencia técnica?" o "¿Podrías explicarme por qué eso es divertido?" suelen ser efectivas para desarmar al agresor sin necesidad de un conflicto agresivo.
Matriz de Decisión: ¿Público o Privado?
Confrontar a otros hombres es complejo debido al temor a represalias o al aislamiento social. Para actuar con eficacia, se debe evaluar estratégicamente el contexto.
Como regla general, la mayoría de las personas reacciona defensivamente ante la humillación pública.
Por tanto, si la ofensa proviene de la ignorancia pero hay buena intención, o si la persona está abierta al diálogo, la corrección debe hacerse en privado. Sin embargo, existen excepciones críticas.
Si el comentario es sumamente ofensivo, hostil o repetitivo, la intervención debe ser pública e inmediata para marcar un límite claro ante el grupo. Además, el aliado debe ser la voz de quienes no están presentes.
En comités de contratación o ascenso, hay que estar alerta a las "banderas rojas" subjetivas.
Si se descarta a una candidata con frases vagas como "no estoy seguro de que encaje" o "tiene una vida familiar complicada", el defensor debe exigir evidencia objetiva y contra-argumentar con datos sobre competencias y habilidades, recordando que la diversidad mejora los resultados.
Ante la resistencia o preguntas defensivas sobre por qué se insiste tanto en el género, la mejor arma es la calma y el uso de datos estadísticos sobre las disparidades y los beneficios
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