[Todo para siempre] y [Eres tú]
Existen dos patrones de comunicación tóxica que, a menudo de forma inconsciente, se utilizan para elevar la intensidad de un conflicto y atacar a la otra persona.
Estos patrones se basan en la exageración y en la personalización, y su efecto es altamente destructivo para cualquier relación.
El primer patrón es "todo para siempre", que implica el uso de afirmaciones absolutas y generalizadas, como "siempre" o "nunca".
Frases como "Nunca me escuchas" o "Siempre haces lo mismo" no solo exageran la situación, sino que niegan cualquier esfuerzo o comportamiento positivo pasado.
En momentos de tensión, la frustración y la decepción pueden llevar a las personas a creer que un incidente desafortunado se aplica a toda la realidad, lo que hace que la otra persona se sienta juzgada y sin esperanza de mejorar.
El antídoto para este tipo de comunicación es mantener los comentarios específicos a la situación.
En lugar de decir "siempre llegas tarde", se puede decir "has llegado tarde hoy, y eso ha causado un problema".
El segundo patrón es "eres tú", que ataca el carácter de la persona en lugar de su comportamiento.
Frases como "Eres un vago" o "¿Por qué te quejas siempre?" extrapolan un instante concreto para atacar la identidad o la visión universal de alguien.
Este tipo de comentario se percibe como un ataque personal y no constructivo, lo que hace que la otra persona se ponga a la defensiva de inmediato en lugar de escuchar el problema.
La mejor manera de desintoxicar este tipo de situación es ceñirse a lo específico y no personalizar.
En lugar de decir "eres un vago", se puede decir "creía que habías dicho que terminarías de estudiar esta mañana, pero no lo has hecho".
Este enfoque se centra en el comportamiento observable y en el impacto que ha tenido, lo que abre la puerta
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