La Violencia Verbal y sus Manifestaciones
La violencia verbal es una forma de agresión que va más allá de los gritos y los insultos; se manifiesta en una serie de patrones sutiles y destructivos que desvían el foco del problema a un ataque personal.
Estos patrones son inútiles, ya que activan la defensiva y el resentimiento, y no logran un cambio real en el comportamiento.
Uno de los patrones más comunes es la condescendencia, que se utiliza para menospreciar o hacer sentir inferior al otro.
Un ejemplo podría ser un comentario que, aunque suena como una broma, tiene la intención de humillar o invalidar a la otra persona.
Otra manifestación es el culpar, que se utiliza para transferir la responsabilidad de un problema a la otra persona.
El que culpa se niega a asumir la responsabilidad de sus propias emociones y acciones, y en su lugar, se queja de que el otro "lo hizo sentir" de una manera determinada.
La crítica es otra forma de violencia verbal, ya que se centra en los defectos de la persona y no en el problema.
A diferencia del feedback constructivo, que se centra en el comportamiento y su impacto, la crítica es un ataque al carácter y solo sirve para dañar la autoestima de la otra persona.
Por ejemplo, decir "siempre overreactuas" no es constructivo, ya que es un ataque personal.
La crítica constructiva, por el contrario, se centra en el problema, no en la persona.
Un buen feedback comienza con un aprecio por el esfuerzo del otro y se enfoca en el comportamiento que se desea cambiar, de forma específica y sin etiquetas.
Por ejemplo, en lugar de decir "eres un vago", se podría decir "he notado que la presentación no tenía los gráficos que acordamos, y eso ha afectado el proyecto".
La crítica constructiva es una herramienta poderosa
la violencia verbal y sus manifestaciones