La Entrevista Presencial y con el Equipo
Etapas de la entrevista
Una vez superado el filtro telefónico, el proceso suele avanzar hacia entrevistas presenciales o por videoconferencia con diferentes actores, cada uno con una agenda distinta.
La entrevista con el futuro jefe directo se centrará en la competencia técnica y la capacidad de resolución de problemas; aquí se debe demostrar que se puede hacer el trabajo y aliviar la carga del supervisor.
Es el momento de brillar con conocimientos específicos y ejemplos de logros pasados.
Posteriormente, o en paralelo, puede darse la entrevista con los compañeros de equipo o "pares".
Esta sesión suele ser más difícil de lo que parece, ya que los futuros colegas evalúan si el candidato encajará en la dinámica diaria y si será colaborativo o competitivo de forma tóxica.
Finalmente, en empresas pequeñas o para puestos altos, puede haber una entrevista con la alta dirección (CEO o Director General), donde el foco cambia hacia la visión a largo plazo, los valores y la alineación cultural, siendo una conversación más estratégica y menos operativa.
Comportamiento no verbal
En el encuentro cara a cara, lo que no se dice es tan importante como lo que se dice. La comunicación no verbal comienza desde el momento en que se cruza la puerta.
Un apretón de manos firme (si el contexto sanitario y cultural lo permite), el contacto visual directo y una postura erguida comunican seguridad y honestidad.
Evitar la mirada o encorvarse puede interpretarse como falta de confianza o evasivas.
Es crucial ser amable con todo el personal, desde la recepción hasta el personal de seguridad, ya que a menudo se les pide su opinión sobre el comportamiento del candidato mientras esperaba.
Durante la entrevista, se debe practicar la escucha activa, asintiendo para mostrar comprensión y evitando interrupciones.
Gestos nerviosos como jugar con un bolígrafo, tocarse el pelo constantemente o mirar el reloj deben controlarse conscientemente, ya que distraen al interlocutor y denotan ansiedad.
Entrevistas informales
En ocasiones, la fase final o de "ajuste cultural" se realiza en un entorno menos rígido, como un almuerzo o un café.
Aunque el ambiente parezca relajado, nunca se debe bajar la guardia; sigue siendo una evaluación profesional.
El objetivo aquí es observar las habilidades sociales y los modales del candidato en un contexto real.
Se deben seguir estrictamente las normas de etiqueta: esperar a que el anfitrión se siente o empiece a comer, no hablar con la boca llena y tratar a los camareros con absoluto respeto, ya que el trato al personal de servicio es un indicador clave del carácter de una persona.
En cuanto a la elección de alimentos, es estratégico pedir platos sencillos de comer (evitar pastas con salsas complica
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