Gestión de Reclutadores y Seguimiento

Relación con el reclutador

Es fundamental entender el rol del reclutador: ellos trabajan para la empresa, no para el candidato. Su objetivo es cubrir una vacante, no encontrarle trabajo a una persona específica.

Sin embargo, si se establece una relación de colaboración profesional, pueden convertirse en aliados poderosos.

A menudo, un reclutador externo tiene interés en que sus candidatos sean seleccionados, ya que su comisión depende de ello.

Mantener una actitud respetuosa y profesional, incluso cuando las noticias no son buenas, es vital.

Si un candidato es rechazado para un puesto pero dejó una buena impresión y trató bien al reclutador, es muy probable que sea llamado para futuras oportunidades antes de que se publiquen.

Además, se puede solicitar feedback constructivo tras una entrevista fallida; aunque no siempre pueden darlo por políticas de empresa, cuando lo hacen, esa información es oro puro para corregir errores de cara al siguiente proceso.

Timing del seguimiento

El arte del seguimiento ("follow-up") reside en el equilibrio entre mostrar interés y no parecer desesperado o molesto.

Inmediatamente después de una entrevista (el mismo día o al día siguiente), es obligatorio enviar una nota de agradecimiento personalizada, mencionando algún punto específico tratado en la reunión para reforzar la memoria del entrevistador.

Si no se reciben noticias en el plazo acordado, es aceptable contactar pasados unos 5 días laborables o una semana.

Un mensaje breve y cortés preguntando si hay novedades en el proceso o si necesitan información adicional demuestra profesionalidad y mantiene la candidatura en la mente del seleccionador.

No obstante, bombardear con correos diarios o llamadas constantes es contraproducente y puede llevar a la descalificación por falta de inteligencia emocional.

Reactuación ante el silencio

El "ghosting" o silencio administrativo es una realidad frustrante en los procesos de selección.

Si tras el primer seguimiento no hay respuesta, se puede intentar un último contacto una semana después, reafirmando el interés y aportando valor, quizás compartiendo una noticia relevante sobre el sector o un logro reciente.

Si después de estos intentos el silencio persiste, lo más saludable es asumir que el proceso no ha avanzado y concentrar la energía en nuevas oportunidades.

A veces, las empresas congelan las contrataciones o tienen problemas internos que no comunican.

Mantener la compostura y no enviar