Meditación 4. Explorando Emociones Difíciles
Un Acercamiento Amable al Dolor
Esta meditación está diseñada para ayudarte a explorar las emociones difíciles, como la ansiedad, en lugar de luchar contra ellas.
El objetivo es aprender a relacionarte con tu malestar de una forma diferente, adoptando una actitud de curiosidad y amabilidad.
Es un ejercicio que requiere que te sientes durante unos minutos y te prepares para observar tu mundo interior sin juicios.
Paso 1. Permitir que la Emoción Difícil Aflore
Comienza centrando tu atención en las sensaciones de tu respiración, como lo has practicado en las otras meditaciones.
Es muy probable que tu atención sea arrastrada desde la respiración hacia un pensamiento o una emoción difícil que estés sintiendo.
Cuando esto ocurra, simplemente permite que esa emoción o pensamiento permanezca en el "banco de trabajo" de tu mente.
Si no surge ninguna emoción de forma natural, puedes traer a tu mente una dificultad que estés viviendo en este momento.
Puede ser un conflicto con alguien, un sentimiento de culpa o algo del pasado que todavía te cause malestar.
Paso 2. Localizar la Sensación en el Cuerpo
Una vez que la emoción difícil esté presente, cambia tu foco de atención desde la mente hacia tu cuerpo físico.
Busca conscientemente cualquier sensación física que esté ocurriendo en tu cuerpo como resultado de esa emoción que estás sintiendo.
Dirige tu atención de forma deliberada a la parte del cuerpo donde esas sensaciones físicas se sientan con más fuerza.
Paso 3. Respirar "Hacia" la Sensación Física
Utiliza tu respiración como una herramienta para poder llevar tu conciencia directamente a esa zona de tu cuerpo.
Imagina que, al inhalar, estás respirando "hacia" la parte del cuerpo donde la sensación es más fuerte y la abrazas.
Y luego, al exhalar, imagina que estás respirando "desde" esa misma zona, liberando la tensión con cada exhalación.
Paso 4. Explorar con una Curiosidad Amistosa
Recuérdate a ti mismo que no estás tratando de cambiar o eliminar la sensación, sino de explorarla con curiosidad.
Obsérvala simplemente como una sensación física que aparece y desaparece en tu cuerpo, sin darle más importancia.
Mientras lo haces, puedes decirte a ti mismo internamente: "Está bien sentir esto, me permito estar abierto a ello".
También puedes decirte: "Suavizando, abriendo", con cada respiración, para soltar la tensión y la resistencia a la sensación.
Intenta mantener tu atención plena en estas sensaciones, aceptándolas y permitiendo que simplemente sean lo que son en ese momento.
El Regreso a la Calma de la Respiración
Cuando
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