El Doble Disparador. Tener Miedo de la Propia Ansiedad

La Paradoja de la Ansiedad Persistente

El verdadero problema con la ansiedad crónica surge cuando esta persiste incluso después de que la situación estresante original ha sido completamente resuelta.

Muchas personas descubren con frustración que, a pesar de haber solucionado sus problemas, la intensa sensación de ansiedad no desaparece como esperaban.

Es como el zumbido de un frigorífico, no te das cuenta del ruido constante de la ansiedad hasta que el motor finalmente se detiene por completo.

El Doble Disparo. El Miedo a los Propios Síntomas

Aquí es donde se produce un doble disparo, ya que no solo sientes miedo por el problema inicial, sino que empiezas a asustarte de los síntomas.

Las propias manifestaciones físicas de la ansiedad, como las palpitaciones o la sudoración, se convierten en una nueva y aterradora fuente de miedo.

Por ejemplo, puedes llegar a pensar que las palpitaciones son un ataque al corazón o que una migraña por estrés es en realidad un tumor cerebral.

El Bucle Infinito. Cómo se Retroalimenta la Ansiedad

Este miedo añadido a tus propios síntomas es increíblemente dañino, porque dispara nuevamente el bucle de la ansiedad una y otra vez sin parar.

Cada vez que te sientes ansioso por estar ansioso, estás generando un nuevo pensamiento de miedo que reactiva toda la respuesta de lucha o huida.

De esta manera, la ansiedad se desvincula de la causa original y comienza a alimentarse a sí misma, creando un ciclo del que es muy difícil salir.

El Estado de Alerta Constante

Este ciclo te mantiene atrapado en un estado de alerta constante, como un gato que mantiene el pelo erizado mucho después de que la amenaza haya pasado.

Permaneces constantemente vigilante y listo para luchar o huir, pero sin una amenaza real presente, lo que resulta increíblemente agotador para tu cuerpo y tu mente.

Resumen

La ansiedad persiste aun cuando el problema original se ha resuelto. El verdadero problema surge con el doble disparador: no solo temes a la situación estresante inicial, sino que ahora temes a los propios síntomas físicos de la ansiedad, como las palpitaciones.

Este miedo a los síntomas retroalimenta la ansiedad, creando un bucle infinito. Cada vez que sientes ansiedad por estar ansioso, generas un nuevo miedo que reactiva la respuesta de lucha o huida. La ansiedad se desvincula de la causa inicial y se alimenta a sí misma.

Este ciclo te deja en un estado de alerta constante, como si estuvieras siempre listo para un peligro que no existe. Es un proceso agotador para tu cuerpo y tu mente, que te mantiene atrapado y sin poder salir del ciclo de la ansiedad crónica.