IMPACTO EN LA VÍCTIMA Y LA ORGANIZACIÓN
CONSECUENCIAS EMOCIONALES Y FÍSICAS EN LA VÍCTIMA
El acoso sexual no es una simple molestia; es un evento traumático con efectos profundos en la salud integral de la víctima.
Las reacciones pueden ser inmediatas o manifestarse tiempo después, variando desde el estrés y la ansiedad hasta la depresión clínica y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
A nivel emocional, la víctima suele experimentar vergüenza, culpa (auto-culpabilización injustificada), ira, aislamiento y una sensación de impotencia y desesperanza. Físicamente, el cuerpo somatiza el trauma.
Si Frida Kahlo sufriera acoso continuo en su taller, podría empezar a padecer dolores de cabeza crónicos, trastornos del sueño (pesadillas, insomnio), fatiga extrema, problemas gastrointestinales y cambios drásticos en el apetito.
El estrés constante debilita el sistema inmunológico, haciendo al empleado más susceptible a enfermedades.
Es crucial entender que el impacto valida el acoso; no importa si el agresor "no tenía mala intención", el daño en la salud de la víctima es la prueba del entorno hostil.
EFECTO EN LA PRODUCTIVIDAD, ABSENTISMO Y ROTACIÓN DE PERSONAL
A nivel profesional, el acoso actúa como un sabotaje directo al rendimiento. La víctima pierde la motivación, la lealtad hacia la empresa y la capacidad de concentración, ya que su energía mental se desvía hacia la supervivencia emocional y la evasión del acosador.
Esto deriva en un aumento del absentismo (faltar al trabajo para evitar el trauma), uso excesivo de licencias por enfermedad y, finalmente, la renuncia.
Las estadísticas muestran que un alto porcentaje de víctimas abandona sus puestos debido al acoso, lo que representa una fuga de talento irrecuperable.
Imaginemos que la científica Marie Curie es acosada por un colega en el laboratorio.
Su productividad disminuiría no por falta de capacidad, sino por el miedo y la incomodidad de estar en el mismo espacio que su agresor.
Podría empezar a llegar tarde, irse temprano o buscar empleo en otra institución, privando a su empleador actual de su talento y descubrimientos.
La pérdida de productividad y los costos de reclutamiento para reemplazarla son daños directos para la organización.
DAÑO REPUTACIONAL Y FINANCIERO PARA LA EMPRESA
Para la organización, tolerar el acoso es una estrategia suicida. Más allá de las compensaciones legales y multas, el costo oculto reside en la erosión de la cultura corporativa y la imagen pública.
Un entorno tóxico reduce la moral general de todos los empleados, no solo de las víctimas directas.
Además, en la era de la información, las noticias sobre acoso se difunden rápidamente, dañando la marca empleadora y la percepción de los clientes.
Si la empresa de Henry Ford se hiciera famosa por encubrir el acoso sistemático hacia sus trabajadoras, enfrentaría boicots de consumidores, pérdida d
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