ESTRATEGIAS DEL ESPECTADOR ACTIVO
LAS 3 D: DIRIGIR, DISTRAER Y DELEGAR
El concepto de "espectador activo" es vital para erradicar el acoso. Se refiere a cualquier empleado que, al presenciar una conducta inapropiada, decide no guardar silencio.
Para intervenir de manera segura y efectiva, se recomienda el método de los "Puntos Verdes", que propone tres estrategias fundamentales: Dirigir, Distraer y Delegar.
Estas tácticas permiten a cualquier persona, independientemente de su rango, interrumpir una situación de riesgo sin ponerse necesariamente en peligro físico o laboral. La estrategia "Dirigir" implica abordar la situación de frente.
Si Alejandro Magno viera a un general acosando a un escriba, podría acercarse y decir firmemente: "General, ese comentario es inapropiado para el consejo de guerra". La estrategia "Distraer" busca interrumpir el incidente desviando la atención.
Si Aristóteles notara una situación tensa entre dos discípulos, podría interrumpir preguntando la hora o solicitando ayuda urgente con un pergamino, rompiendo así la dinámica de acoso.
Finalmente, "Delegar" consiste en buscar ayuda de alguien con más autoridad o capacidad para manejar el conflicto, como llamar a seguridad o a Recursos Humanos si uno no se siente capaz de intervenir solo.
CÓMO INTERVENIR DE FORMA SEGURA SIN ESCALAR EL CONFLICTO
La intervención no requiere confrontación agresiva. A veces, el lenguaje corporal (una mirada de desaprobación o no reírse de un chiste sexista) es suficiente para señalar que una norma comunitaria ha sido violada. Es fundamental evaluar el riesgo antes de actuar.
Si la situación amenaza con volverse violenta, la prioridad es la seguridad física; en esos casos, la intervención directa puede ser peligrosa y se debe optar por buscar ayuda externa o autoridades.
Imaginemos que el dramaturgo William Shakespeare presencia cómo un actor acorrala a una vestuarista.
En lugar de iniciar una pelea física, Shakespeare podría usar el humor con cuidado para desactivar la tensión o simplemente pararse cerca para que el agresor sepa que está siendo observado.
Nombrar la ofensa ("Eso sonó ofensivo") sin atacar a la persona puede abrir un espacio para el diálogo racional.
El objetivo es proteger a la víctima y detener el comportamiento, no necesariamente "ganar" una discusión con el acosador.
LA RESPONSABILIDAD COLECTIVA DE MANTENER UN ENTORNO SEGURO
Todos los empleados, no solo los gerentes, tienen la responsabilidad ética y a menudo legal de reportar el acoso. La cultura del silencio es el mayor cómplice del agresor.
Las políticas modernas protegen al espectador contra represalias; es ilegal que un empleador castigue a alguien por ayudar a una víctima o reportar una sospecha de buena fe.
Al intervenir, se refuerzan los valores de la organización y se demuestra que el comportamiento tóxico no tiene cabida en la comunidad laboral.
Si Florence Nightingale observara que una enfermera está siendo sometida a ins
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