AMBIENTE LABORAL HOSTIL
COMPORTAMIENTOS QUE CREAN INTIMIDACIÓN U OFENSA
A diferencia del chantaje directo, el ambiente laboral hostil es más insidioso y generalizado.
Se configura cuando la conducta de naturaleza sexual (física, verbal o visual) tiene el propósito o el efecto de interferir irrazonablemente con el desempeño laboral de una persona o crea una atmósfera de trabajo intimidante, hostil u ofensiva.
No es necesario que exista una amenaza de pérdida de empleo; el daño reside en la contaminación del entorno profesional, haciéndolo insoportable para el empleado.
Estos comportamientos incluyen chistes obscenos, apodos denigrantes, discusiones gráficas sobre la vida sexual o rumores malintencionados.
Imaginemos que el pintor Salvador Dalí trabajara en una oficina de contabilidad y pasara el día haciendo comentarios surrealistas pero sexualmente explícitos sobre la anatomía de sus compañeras, o narrando sus sueños eróticos en voz alta durante las reuniones.
Aunque Dalí no pidiera favores sexuales a nadie, su comportamiento constante crearía un entorno ofensivo que impediría a los demás trabajar con dignidad.
LA FRECUENCIA Y SEVERIDAD COMO FACTORES DETERMINANTES
Para que una conducta se considere generadora de un ambiente hostil, generalmente debe ser un patrón repetitivo y omnipresente.
Un comentario aislado, aunque inapropiado, podría no ser suficiente legalmente a menos que sea extremadamente grave.
Sin embargo, la acumulación de "pequeñas" ofensas (microagresiones) puede transformar el lugar de trabajo en un campo minado psicológico.
La ley evalúa si una persona razonable en la posición de la víctima consideraría el ambiente como tóxico.
Si Giacomo Casanova, empleado en atención al cliente, hace un chiste de mal gusto una sola vez y se disculpa inmediatamente tras ser reprendido, probablemente no constituya un ambiente hostil legal.
Pero si Casanova persiste diariamente en invitar a salir a una colega que ya le ha dicho que no, la sigue por los pasillos y le envía mensajes constantes, la persistencia convierte la conducta en acoso, transformando la oficina en un lugar de ansiedad para la víctima.
EL IMPACTO EN EL RENDIMIENTO Y LA SALUD DEL EMPLEADO
El ambiente hostil afecta directamente la capacidad del empleado para realizar sus funciones.
La energía que debería dedicarse al trabajo se consume en mecanismos de defensa, evasión del acosador y gestión del estrés.
Esto resulta en una baja productividad, errores frecuentes y un deterioro de la salud mental y física.
No es necesario que la víctima sufra un colapso nervioso total para que se reconozca el acoso; la mera interferencia con su trabajo es suficiente.
Si Marie Antoinette, gerente de proyecto, se viera obligada a cambiar sus rutas para ir al baño, almorzar a horas extrañas o faltar a reuniones solo para evitar encontrarse con un grupo de colegas que hacen comentarios lascivos sobre su vestimenta, su rendimiento se vería inevitablemente afectado.
El acoso la priva de las condiciones óptimas de trabajo que la empresa debe garantizar.
RESUMEN
El ambiente hostil se configura mediante conductas de naturaleza sexual que, sin exigir favores, interfieren irrazonablemente con el desempeño laboral o crean una atmósfera de trabajo intimidante, ofensiva y degradante.
Generalmente requiere un patrón repetitivo de ofensas o microagresiones que transforman la oficina en un lugar tóxico, aunque un solo incidente extremadamente grave puede ser suficiente para constituir acoso legal.
Este entorno daña severamente la salud física y mental de la víctima, reduciendo su productividad al obligarla a invertir su energía en mecanismos de defensa y evasión del agresor.
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