Ejercicio Práctico: El Diario de las Tres Cosas Buenas
Este es uno de los ejercicios más simples y efectivos para empezar a integrar la gratitud en tu vida diaria: el diario de las "Tres Cosas Buenas".
No requiere mucho tiempo ni equipo especial, solo unos minutos de reflexión y un lugar donde escribir.
Es la aplicación práctica de la ciencia que acabamos de ver, una forma concreta de entrenar tu cerebro para que se enfoque en lo positivo y aumente tu nivel general de felicidad.
La belleza de este ejercicio radica en su simplicidad y accesibilidad, lo que lo convierte en un hábito fácil de adoptar pero con un potencial transformador enorme.
Al hacerlo de forma regular, no solo terminarás tu día con una nota positiva, sino que empezarás a notar más cosas buenas durante el día, ya que tu cerebro estará predispuesto a buscarlas.
Cómo Hacerlo: Una Guía Paso a Paso
La práctica es muy sencilla. Justo antes de irte a dormir, o en cualquier otro momento tranquilo al final del día, tómate de 5 a 10 minutos para hacer lo siguiente:
Abre un cuaderno o una aplicación de notas. Dedica este espacio únicamente a tu práctica de gratitud.
Piensa en tu día y busca tres cosas que hayan ido bien o por las que te sientas agradecido/a.Escribe estas tres cosas.
Es importante el acto de escribirlas, ya que ayuda a solidificar el pensamiento.
Reflexiona brevemente sobre por qué esa cosa buena sucedió.
¿Qué papel jugaste tú? ¿Qué papel jugó otra persona o la circunstancia?
Este último paso es importante porque nos ayuda a reconocer nuestra propia agencia y la bondad de los demás, profundizando el sentimiento de agradecimiento.
Al final, tendrás un registro tangible de la positividad en tu vida.
La Clave es la Especificidad: No Tienen que ser Cosas Monumentales
Un error común al empezar es pensar que las cosas por las que debemos estar agradecidos tienen que ser grandes y monumentales.
En realidad, el ejercicio es más poderoso cuando nos centramos en los pequeños detalles positivos del día a día.
En lugar de escribir algo genérico como "Estoy agradecido/a por mi familia", intenta ser más específico: "Estoy agradecido/a porque mi pareja me preparó el café esta mañana sabiendo que estaba cansado/a".
Los ejemplos de las fuentes son perfectos para ilustrar esto: estar agradecido por haber podido dar un paseo antes de que empezara a llover, o por una llamada telefónica con un familiar.
La especificidad hace que la emoción sea más vívida y real. No hay nada demasiado pequeño para ser incluido: el sabor de tu comida, una canción que escuchaste en la radio, la amabilidad de un extraño.
Estos son los verdaderos componentes de una vida feliz.
Convirtiéndolo en un Hábito Sostenible
La consistencia es más importante que la intensidad. Es mejor hacer este ejercicio de forma regular que hacerlo perfectamente una vez y luego olvidarlo.
Para ayudarte a establecer el hábito, puedes poner un recordatorio en tu teléfono cada noche.
Deja el cuaderno y un bolígrafo en tu mesita de noche como una señal visual
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