El Triángulo de la Verdad: uniendo perspectivas
La limitación de una sola verdad
La mayoría de las personas se enfrascan en los conflictos defendiendo una única perspectiva: la suya propia.
Este enfoque, que se aferra a "mi verdad", perpetúa la lucha y el estancamiento, ya que se convierte en una batalla de egos en la que cada persona intenta demostrar que tiene la razón y que la otra está equivocada.
El modelo del Triángulo de la Verdad ofrece una herramienta poderosa para superar esta mentalidad, proponiendo que en todo conflicto existen tres verdades y que la verdadera solución solo se encuentra al reconocer e integrar las tres.
El modelo se basa en la idea de que cada parte involucrada tiene su propia historia, sus propios sentimientos y su propia interpretación de lo que sucedió.
La primera verdad, "mi verdad", es tu experiencia personal: lo que viviste, sentiste e interpretaste.
La segunda, "tu verdad", es la perspectiva de la otra persona, que, aunque no coincida con la tuya, es igual de válida dentro de su marco de referencia, sus valores y sus heridas.
La resolución no ocurre en los vértices del triángulo, sino en el centro, al reconocer y valorar estas dos primeras verdades.
Uniendo las verdades para construir una solución
La tercera verdad, la que "nos trasciende", es donde ocurre la magia.
Esta verdad es lo que realmente pasó, más allá de las percepciones individuales, y representa el aprendizaje o la oportunidad de crecimiento que se esconde en el conflicto.
Es el puente que une las dos primeras verdades para construir algo nuevo, algo que los incluya a ambos y que les permita avanzar.
Por ejemplo, en lugar de discutir quién tuvo la culpa, la verdad que los trasciende podría ser la necesidad de mejorar la comunicación en el futuro para evitar que el mismo problema se repita.
Para aplicar este modelo, se sigue un proceso de tres pasos:
Expón tu verdad con total responsabilidad: Habla desde tu experiencia emocional usando frases en primera persona, sin acusar o juzgar al otro.
Simplemente describe lo que sentiste y lo que piensas.
Escucha la verdad del otro con apertura: Con una mente abierta, escucha cómo vivió la otra persona la situación, sin interrumpir ni preparar tu respuesta.
Valida sus emociones y parafrasea lo que has entendido para asegurar la comprensión mutua.
Busca juntos la verdad que los trascienda: Propón preguntas que los lleven a un nivel superior, como "¿Qué podemos aprender de esto?" o "¿Cómo podemos construir una solución que nos fortalezca a ambos?".
Al usar el Triángulo de la Verdad, dejas de pelear por tener la razón y comienzas a buscar el verdadero signif
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