Procesos de Formación de Actitudes
Las actitudes no surgen de la nada; se forman a través de una variedad de procesos de aprendizaje y experiencia a lo largo de nuestra vida.
Comprender estos mecanismos de formación es esencial para entender por qué mantenemos ciertas evaluaciones hacia diversos objetos sociales.
Condicionamiento Clásico
El condicionamiento clásico, un proceso de aprendizaje asociativo, puede influir en la formación de actitudes, especialmente en su componente afectivo.
Ocurre cuando un estímulo inicialmente neutro se asocia repetidamente con otro estímulo que ya evoca una respuesta emocional positiva o negativa.
Con el tiempo, el estímulo neutro puede llegar a evocar una respuesta similar por sí mismo.
Por ejemplo, si una persona experimenta repetidamente sensaciones agradables (como calidez y seguridad) en presencia de un determinado aroma (por ejemplo, el de la casa de su abuela), ese aroma puede llegar a evocar sentimientos positivos incluso en ausencia de la experiencia original.
Condicionamiento Operante (o Instrumental)
El condicionamiento operante se refiere al aprendizaje a través de las consecuencias del comportamiento.
Las actitudes pueden formarse o fortalecerse si las expresiones o comportamientos asociados a ellas son recompensados, y debilitarse si son castigados.
Si un niño expresa una opinión (una actitud) y recibe elogios o aprobación de sus padres, es más probable que mantenga y refuerce esa actitud.
Por el contrario, si es reprendido, es menos probable que la siga expresando.
Aprendizaje Observacional (Modelado)
El aprendizaje observacional, propuesto por Albert Bandura, implica la formación de actitudes a través de la observación del comportamiento de otros (modelos) y de las consecuencias que dicho comportamiento tiene para ellos.
Los niños, en particular, aprenden muchas de sus actitudes observando a sus padres, maestros, amigos o figuras mediáticas.
Si ven que otros son recompensados por expresar ciertas actitudes o comportarse de acuerdo con ellas, es más probable que adopten actitudes similares.
Experiencia Directa
La experiencia directa con el objeto de actitud es una de las formas más poderosas de formación de actitudes.
Interactuar directamente con una persona, un producto o una situación nos proporciona información de primera mano que moldea nuestra evaluación.
Por ejemplo, probar un nuevo tipo de comida y encontrarla deliciosa formará una actitud positiva hacia ella.
Las actitudes formadas a través de la experiencia directa tienden a ser más fuertes, más accesibles y más predictivas del comportamiento que aquellas formadas indirectamente.
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