La Interrelación entre Subjetividad y Objetividad

La relación entre subjetividad (la experiencia interna y personal del mundo) y objetividad (la realidad tal como se asume que existe independientemente de nuestra percepción) es un tema complejo y central en la filosofía y las ciencias sociales, incluyendo la psicología social.

Lejos de ser esferas completamente separadas, ambas se influyen y constituyen mutuamente.

La Objetividad como Ideal y Construcción

La noción de una "realidad objetiva" completamente independiente de la percepción humana es un ideal al que la ciencia aspira, pero que es difícil de alcanzar en su totalidad, especialmente cuando se trata del mundo social y humano.

Lo que consideramos "objetivo" a menudo está mediado por nuestros marcos culturales, nuestro lenguaje y nuestras herramientas de observación.

En las ciencias sociales, se reconoce que el investigador, con su propia subjetividad, forma parte del fenómeno que estudia, lo que plantea desafíos para la objetividad pura.

La Subjetividad Moldeando la Percepción de lo Objetivo

Nuestra subjetividad –nuestras creencias, valores, experiencias previas, estados emocionales– actúa como un filtro a través del cual percibimos e interpretamos la realidad "objetiva".

Dos personas pueden presenciar el mismo evento y, debido a sus diferentes subjetividades, interpretarlo y recordarlo de maneras distintas.

Por ejemplo, la percepción de un conflicto social puede variar enormemente dependiendo de la identidad grupal, las experiencias previas de discriminación o los valores políticos de quien lo observa. Lo que para uno es un acto de justicia, para otro puede ser una agresión.

La Realidad Social como Construcción Intersubjetiva

Gran parte de lo que consideramos "realidad" en el ámbito social es, de hecho, una construcción intersubjetiva.

Esto significa que se basa en significados, normas y comprensiones compartidas que emergen de la interacción social y que son mantenidas y reproducidas por un colectivo.

Instituciones como el dinero, el matrimonio o el gobierno, por ejemplo, tienen una realidad "objetiva" en el sentido de que existen y tienen consecuencias reales, pero su existencia y significado dependen de acuerdos y creencias compartidas (intersubjetividad).

Si todos dejáramos de creer en el v