Estructura Tricomponente de las Actitudes
Tradicionalmente, se ha concebido que las actitudes tienen una estructura compleja que involucra tres componentes interrelacionados: el componente cognitivo, el componente afectivo y el componente conductual.
Este modelo tricomponente, a menudo denominado el "ABC de las actitudes", ayuda a comprender la naturaleza multifacética de nuestras evaluaciones.
Componente Cognitivo: Creencias y Conocimientos
El componente cognitivo de una actitud se refiere a los pensamientos, creencias, conocimientos e información que una persona tiene sobre el objeto de actitud.
Estas cogniciones pueden ser hechos objetivos, opiniones, estereotipos o cualquier idea asociada al objeto.
Por ejemplo, la actitud de una persona hacia un determinado modelo de coche puede incluir creencias sobre su eficiencia de combustible, su seguridad, su precio o su diseño.
Estos pensamientos y conocimientos contribuyen a la evaluación general que se hace del coche.
Componente Afectivo: Sentimientos y Emociones
El componente afectivo se relaciona con los sentimientos y las emociones que el objeto de actitud evoca en la persona.
Estas reacciones emocionales pueden ser positivas (como agrado, simpatía, admiración) o negativas (como desagrado, miedo, odio).
Siguiendo el ejemplo del coche, el componente afectivo podría incluir la sensación de placer que se experimenta al conducirlo, la admiración por su estética, o la ansiedad que podría generar su alto coste de mantenimiento.
A menudo, las actitudes están fuertemente influenciadas por estas respuestas emocionales, incluso más que por la información cognitiva.
Componente Conductual (o Conativo): Intenciones y Acciones
El componente conductual (a veces llamado conativo) se refiere a las intenciones de comportamiento o a las acciones pasadas y presentes de la persona hacia el objeto de actitud. Incluye la predisposición a actuar de una determinada manera en relación con el objeto.
En el caso del coche, este componente podría manifestarse en la intención de comprar ese modelo, en recomendarlo a otros, o en haberlo conducido en el pasado y tener la intención de volver a hacerlo.
Aunque no siempre hay una correspondencia directa entre las actitudes y el comportamiento observable, este componente es crucial para entender cómo nuestras evaluaciones pueden traducirse en acciones.
Estos tres componentes suelen estar interrelacionados y tienden a ser consistentes entre sí, aunque pueden existir variaciones en la importancia relativa de cada uno dependiendo de la actitud específica o de la persona.
estructura tricomponente de las actitudes