El Error Fundamental de Atribución y el Sesgo Actor-Observador
Aunque buscamos explicar el comportamiento de manera racional, a menudo caemos en sesgos sistemáticos en nuestras atribuciones.
Dos de los más estudiados y relevantes son el error fundamental de atribución (o sesgo de correspondencia) y el sesgo actor-observador.
El Error Fundamental de Atribución
El error fundamental de atribución describe la tendencia generalizada a sobreestimar la influencia de los factores disposicionales (internos, de personalidad) y a subestimar la influencia de los factores situacionales (externos) al explicar el comportamiento de otras personas.
Cuando vemos a alguien actuar, tendemos a asumir que su comportamiento refleja quién es como persona, sin considerar suficientemente cómo la situación podría estar moldeando esa conducta.
Por ejemplo, si vemos a alguien tropezar, es más probable que pensemos "es torpe" (atribución interna) que "el suelo estaba resbaladizo" (atribución externa).
Este sesgo es "fundamental" porque es muy común y puede llevar a juicios erróneos sobre los demás.
El Sesgo Actor-Observador
El sesgo actor-observador es una extensión o una manifestación particular del error fundamental de atribución que introduce una diferencia clave: tendemos a explicar el comportamiento de otras personas en términos de sus disposiciones internas, pero explicamos nuestro propio comportamiento en términos de factores situacionales externos, especialmente cuando el comportamiento es negativo o tiene consecuencias no deseadas.
Como "actores", cuando realizamos una acción, somos más conscientes de las fuerzas situacionales que nos influyen.
Si llegamos tarde a una cita, es probable que lo atribuyamos al tráfico o a un imprevisto (situacional).
Sin embargo, como "observadores", si otra persona llega tarde, es más probable que lo atribuyamos a su falta de puntualidad o desorganización (disposicional).
Esta diferencia en la perspectiva (actor vs. observador) se debe en parte a la disponibilidad de información.
Como actores, tenemos más información sobre nuestros propios estados internos, intenciones y las presiones situacionales que enfrentamos.
Como observadores, la persona y su comportamiento son más salientes que la situación.
Implicaciones y Salveniencia Perceptual
Ambos sesgos tienen implicaciones importantes para las relaciones interpersonales y la comprensión mutua. Pueden llevar a malentendidos, juicios injustos y conflictos.
Una explicación para estos sesgos es la "salveniencia perceptual": cuando observamos a otros, la persona es la figura que destaca contra el fondo de la situación, por lo que atribuimos la causalidad a la persona.
Cuando actuamos nosotros, la situación es más saliente, ya que nuestra atención se dirige hacia el entorno para guiar nuestro comportamiento.
Ser conscientes de estos sesgos puede ayudarnos a hacer atribuciones más equilibradas y precisas.
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