Principio 3: mente de principiante
La mente de principiante es el tercer principio del Mindfulness. Se refiere a la cualidad de observar nuestra experiencia como si la estuviéramos viviendo por primera vez, con curiosidad y sin dar nada por sentado.
Con demasiada frecuencia, nos acercamos a la vida a través del filtro de nuestras experiencias pasadas, nuestras creencias y nuestras expectativas.
Esto nos impide ver la realidad del momento presente con frescura y claridad. Creemos que ya sabemos cómo son las cosas, y dejamos de prestar atención.
Practicar la mente de principiante significa dejar de lado nuestros juicios y conocimientos previos. Es abrirse a la posibilidad de que cada momento es único y nuevo.
Este principio nos ayuda a combatir el hábito de juzgar las experiencias basándonos en el pasado.
Por ejemplo, si tuvimos una mala experiencia hablando en público, podemos asumir que todas las futuras experiencias serán iguales.
La mente de principiante nos invita a abordar la nueva situación con apertura, sin la carga del pasado.
Esta actitud fomenta la curiosidad y nos permite descubrir nuevos matices en situaciones aparentemente familiares.
Nos ayuda a redescubrir la belleza en las cosas simples. Como el sabor de una comida, la sensación del sol en la piel o la sonrisa de un ser querido. La mente de principiante es un antídoto contra el aburrimiento y la rutina.
Nos devuelve la capacidad de asombro y nos mantiene conectados con la riqueza y la vitalidad del momento presente. Es una invitación a vivir la vida con los ojos bien abiertos.
Resumen
El tercer principio del Mindfulness es la mente
principio 3 mente de principiante