El perro emocional y su cola racional
La toma de decisiones impulsiva y subconsciente
El psicólogo Jonathan utiliza una poderosa metáfora para describir cómo funciona nuestro juicio moral.
Compara nuestra mente con un perro emocional y su cola racional.
Argumenta que, en la mayoría de los casos, nuestras decisiones morales son rápidas, intuitivas e impulsivas, como el movimiento de la cola de un perro.
Cómo creamos explicaciones racionales para decisiones emocionales
La parte racional de nuestra mente (la cola) entra en juego después. Su función no es tanto tomar la decisión, sino justificarla.
Una vez que nuestro 'perro emocional' ha decidido intuitivamente qué está bien o mal, nuestra mente racional se pone a trabajar para encontrar argumentos que respalden esa decisión.
La razón moral no como un detective, sino como un abogado defensor
Haidt dice que nuestro razonamiento moral no funciona como un detective que busca la verdad objetiva.
Funciona más bien como un abogado defensor que ya ha decidido que su cliente (la emoción) es inocente, y ahora busca las pruebas y los argumentos para demostrarlo ante el jurado de nuestra conciencia.
La racionalización post-hoc de juicios morales intuitivos
Este proceso se conoce como racionalización post-hoc (después del hecho). No somos conscientes de que nuestra decisión fue emocional.
Creemos sinceramente que hemos llegado a ella a través de un proceso de pensamiento lógico. El Dilema del Tranvía es un ejemplo perfecto.
Nuestra intuición emocional nos dice que empujar al hombre está mal, y luego nuestra razón busca justificaciones como la doctrina del doble efecto para explicar ese sentimiento.
Resumen
Jonathan compara el juicio moral con un perro emocional y
el perro emocional y su cola racional