Cuando la emoción gana a la lógica
Por qué al mezclar intelecto y emoción, la emoción suele ganar
En la lucha interna entre lo que 'deberíamos' hacer (la lógica) y lo que 'nos apetece' hacer (la emoción), la emoción suele tener la ventaja.
Nuestro cerebro está diseñado para responder con más fuerza a las señales emocionales, que están ligadas a sistemas de supervivencia más antiguos y potentes que nuestro córtex prefrontal racional.
El problema de intentar razonar con una emoción ('Sé que estoy cansado, pero debería ir...')
Intentar usar la lógica para vencer una emoción es, a menudo, una batalla perdida.
Cuando nos decimos 'sé que estoy cansado, pero debería ir al gimnasio', ya estamos reconociendo el poder del sentimiento ('cansado').
Este tipo de diálogo interno a menudo se convierte en una tiranía contra nosotros mismos, generando más resistencia y malestar.
No tiranizar, sino negociar con uno mismo
Un enfoque más inteligente no es tiranizarnos, sino negociar con nosotros mismos. Esto implica escuchar y validar la emoción.
'¿Por qué me siento cansado? ¿Qué necesito realmente?'. A veces, el cansancio es real y necesitamos descansar.
Otras veces, es una excusa de nuestra mente para evitar el esfuerzo.
La clave: buscar el pensamiento o el detonante que originó el sentimiento
La clave para gestionar la emoción no es luchar contra ella, sino ir a su origen. Según el modelo T-F-A-R, todo sentimiento proviene de un pensamiento o un disparador.
En lugar de pelearnos con el 'sentimiento de cansancio', debemos preguntarnos: '¿Qué pensamiento está generando este sentimiento?'.
Quizás sea 'el gimnasio es un lugar horrible' o 'nunca conseguiré resultados'. Al cambiar el pensamiento, podemos cambiar el sentimiento.
Resumen
Las emociones suelen dominar
cuando la emocion gana a la logica