Trastornos de la conducta alimentaria
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son afecciones caracterizadas por alteraciones de los hábitos de ingestión de alimentos e ideas erróneas en relación con la dieta, el peso y la imagen corporal propia, provocando graves consecuencias para la salud, como déficits de nutrientes, trastornos funcionales corporales, alteraciones psicosociales o la combinación de éstos.
Los trastornos de la conducta alimentaria comienzan generalmente en la adolescencia, entre los 12 y los 20 años y alrededor del 90% de los casos son del sexo femenino.
Factores de riesgo de los trastornos de la conducta alimentaria
Las causas de los trastornos de la conducta alimentaria son diversas, se reconoce que influyen factores genéticos, psicológicos, y socioculturales, sin poder establecerse el papel preponderante de uno u otro.
Factores genéticos: en los estudios realizados de vulnerabilidad familiar, se ha encontrado una mayor frecuencia de casos de trastornos de la conducta alimentaria, en personas que cuentan con familiares que han padecido o padecen también el trastorno.
Factores psicológicos: son más frecuentes estos trastornos en personas con rasgos de personalidad insegura y baja autoestima.
Factores socioculturales: existe relación entre los trastornos de la conducta alimentaria y los modelos de familias sobreprotectoras, rígidos y exigentes. Asimismo inciden el marcado interés por las modas, los medios de comunicación y las redes sociales.
Sucesos extraordinarios que marcaron sus vidas: pueden aparecer en personas que han sido victimas de abusos físicos o sexuales, pérdidas de seres queridos, discriminación y críticas.
Tipos más frecuentes de trastornos de la conducta alimentaria
- Anorexia nerviosa.
- Bulimia nerviosa.
- Trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE)
Anorexia nerviosa: La anorexia nerviosa es un conjunto de trastornos de la conducta alimentaria, caracterizado por el consumo deficiente de alimentos, con la finalidad de perder peso. Las personas que la padecen tienen un afán exagerado por estar delgadas y una distorsión de la imagen corporal que les provoca, verse gordas aunque estén delgadas, sintiendo pánico de convertirse en obesas. Este trastorno les puede conducir a un estado de desnutrición muy grave, que en casos extremos provoca la muerte, sin embargo por lo general no son conscientes del riesgo que corren por su conducta, ni reconocen que padecen una enfermedad peligrosa.
Para lograr su objetivo llevan a cabo dietas extremadamente estrictas, se someten a sesiones de actividad física intensa, se provocan el vómito, usan fármacos que reducen el apetito y abusan de laxantes y diuréticos.
Conductas que pueden estar relacionadas con el inicio de la anorexia nerviosa:
- Disminuir la cantidad de comida que se sirven, cortarla en pequeños pedazos, distribuirlos por el plato y masticarlos lentamente.
- Comer sólo, saltarse las comidas, mentir sobre lo que ha comido, y tirar la comida.
- Desaparecer después de las comidas y encerrarse en el baño.
- Obsesión por pesarse continuamente e insistir en las dietas restrictivas aunque la persona esté muy delgada.
- Realizar actividades físicas intensas inmediatamente después de comer.
- Ánimo depresivo, irritabilidad y ansiedad.
- Preocupación por la alimentación, la figura corporal, y el peso.
Síntomas de la anorexia nerviosa:
- Palidez, uñas quebradizas, piel seca y fria, cabello fino y escaso, color amarillento de las palmas de las manos y las plantas de los pies.
- Callos en el dorso de los dedos, por la provocación repetida del vómito.
- Problemas gastrointestinales frecuentes.
- Interrupción del ciclo menstrual.
- Alteraciones en las encias y en los dientes, por la provocación repetida del vómito.
- Hemorragias alrededor de los ojos provocadas por el esfuerzo para vomitar.
Bulimia nerviosa: La bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio y psicológico caracterizado por episodios repetidos de ingesta de grandes cantidades de alimentos en poco tiempo (atracones), generalmente en secreto, seguidos de conductas compensatorias, como provocarse el vómito, ayuno drástico, ejercicio físico excesivo y toma de laxantes y diuréticos. Sienten también un gran temor a engordar.
La bulimia es un trastorno difícil de detectar ya que por lo general, las personas que lo padecen, a diferencia de la anorexia, pueden tener una apariencia normal, con un aspecto sano, además, en la mayoría de los casos, son conscientes de seguir un patrón alimentario peligroso, que escapa de su control, por lo que sienten culpa, vergüenza, angustia y se deprimen con frecuencia.
Las conductas que pueden estar relacionadas con el inicio de la bulimia nerviosa son las mismas de la anorexia nerviosa. Lo que diferencia a la bulimia, son las ingestas excesivas de alimentos, que las personas que padecen anorexia controlan.
Los síntomas que provoca son muy parecidos a los de la anorexia nerviosa, aunque con menor intensidad, llegando en algunos casos a ser apenas perceptibles.
Trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE): Es un conjunto de alteraciones de la conducta alimentaria que no reúne todos los síntomas para ser diagnosticado como anorexia nerviosa, ni tampoco como bulimia nerviosa. Por lo tanto se pueden presentar síntomas similares aislados graves, pero sin llegar a formar un cuadro completo.
Los trastornos de la conducta alimentaria no especificado son el grupo de trastornos alimentarios más frecuente, estos pueden llegar a interferir en las relaciones interpersonales, en el rendimiento académico, el trabajo y afectar seriamente la salud.
Las conductas más comunes son las dietas crónicas, el uso de laxantes, enemas o diuréticos y los ejercicios físicos intensos. No son frecuentes los episodios de grandes ingestas o atracones.
Tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria: El tratamiento es multidisciplinario y en la mayoría de los casos se realiza de forma ambulatoria, reservando el ingreso hospitalario de día y hospitalización total, para casos más graves.
En los últimos años el abordaje terapéutico ha variado, considerando necesario realizar primero la rehabilitación nutricional, para luego, abordar los motivos que condicionaron la aparición de los trastornos.
Los principales objetivos del tratamiento son:
- Normalizar el estado nutricional del paciente.
- Estabilizar el peso y tratar otras complicaciones asociadas a la enfermedad.
- Elevar la educación nutricional del paciente y la familia.
- Modificar los trastornos psicosociales que pudieron haber influido en la aparición de los trastornos a través de psicoterapia, tratamiento farmacológico e intervención de la familia.
- Evitar recaídas, con el adecuado seguimiento médico y la colaboración de la familia.
¿Cómo prevenir los trastornos de la conducta alimentaria en la adolescencia?
- Planificar al menos una comida al día en familia, con la participación de los pequeños a partir del primer año de vida, donde se promuevan hábitos alimentarios saludables.
- Reducir las actividades recreativas sedentarias, como los videojuegos, ver la televisión o navegar por internet.
- Compartir en familia la realización de actividades físicas con frecuencia, como caminatas al aire libre, práctica de deportes, paseos en bicicleta y excursiones al campo o a la playa.
- No instaurar los encierros, prohibiciones a jugar o a relacionarse con sus amigos, como castigo.
- Evitar los regaños y sermones públicos o en privado, optar por la conversación y exposición de puntos de vistas, sin llegar nunca a la prohibición absoluta.
- Fomentar con el ejemplo la comunicación entre todos los integrantes de la familia, escuchando y respetando todas las opiniones, promoviendo el respeto a la diversidad.
- Evitar la sobreprotección desde pequeños, para favorecer la autoestima y seguridad personal.
La alimentación en situaciones especiales durante la adolescencia
Durante la adolescencia tienen lugar un ritmo de crecimiento elevado y fenómenos madurativos importantes que afectan al tamaño, la forma y la composición corporal, procesos en los que la nutrición juega un papel determinante. Para lograr el éxito de estos procesos, deben evitarse la ocurrencia de situaciones que incrementen los factores de riesgos. Dentro de las causas que pueden complejizar el desarrollo de los adolescentes se encuentran el embarazo, la lactancia materna y la práctica de deportes de alto rendimiento.
Embarazo: Las adolescentes que afrontan el embarazo requieren mayores aportes nutricionales que las mujeres adultas, ya que necesitan cubrir las demandas de su propio desarrollo y las del feto. Esta situación provoca la competencia por los nutrientes de ambos organismos, incrementando el riesgo de malnutrición en la madre y la criatura. El problema puede agravarse si la futura madre restringe su ingesta calórica para evitar la ganancia de peso habitual que se produce durante el embarazo.
Otro factor que incrementa los riesgos del embarazo en esta etapa, es que la mayoría de las ges
trastornos conducta alimentaria