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Las recomendaciones para la planificación de la dieta

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Las recomendaciones para la planificación de la dieta


Las comidas son uno de los momentos más satisfactorios en la vida de las personas mayores, constituyendo para muchos, la ocasión más esperada del día, no solo por lo que representa el deleite de disfrutar de una comida sabrosa y satisfacer una necesidad vital, sino por la oportunidad de comunicarse y compartir expresiones de afecto, con familiares u otras personas que los rodeen, interacciones que toman un valor adicional en esta etapa de la vida.

Importancia de la calidad de la dieta para la salud de las personas mayores

Planificar una dieta saludable, adecuada a la edad y a los padecimientos del individuo, teniendo en cuenta sus gustos y preferencias, favorece la nutrición apropiada de las personas mayores, imprescindible para la preservación de tejidos, órganos y funciones, de forma tal que puedan continuar realizando algunas tareas o actividades físicas de su interés, con el fin de afrontar mejor el paso de los años.

Una dieta variada, suficiente y saludable, compartida en un ambiente tranquilo y cordial, donde participen las personas más próximas, es capaz de contribuir con el buen desarrollo psíquico espiritual durante esta etapa.

La dieta adecuada, contribuye a mantener el apetito y preservar los niveles de ingestas correctos, que permitan satisfacer la demanda de nutrientes, aunque el paso de los años reduzca la capacidad de absorción del organismo.

La alimentación saludable reduce el riesgo de padecer ciertas enfermedades y también puede tener un papel primordial en el tratamiento de éstas, permitiendo afrontar con mayor probabilidad de éxito los trastornos asociados al envejecimiento.

Recomendaciones generales para planificar la dieta

Incluir en la dieta una gran variedad de alimentos de los diferentes grupos, con alta densidad de nutrientes, evita las carencias nutricionales y contribuye a reducir los riesgos de padecer enfermedades crónicas.

Preparar comidas saludables adecuadas a los requerimientos nutricionales de la edad y de las condiciones de salud, sin dejar de ser agradables al paladar y teniendo en cuenta los gustos y preferencias de los comensales.

Repartir los alimentos en cuatro o más comidas moderadas diarias, priorizando el desayuno y la comida. Se recomienda distribuir el aporte energético de la dieta de la siguiente manera:

  • Desayuno: 25%
  • Media mañana: 10%
  • Comida: 35%
  • Merienda: 10%
  • Comida: 20%

Con el fin de evitar el sobrepeso y la obesidad se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Planificar dietas variadas y porciones moderadas de alimentos.
  • Realizar actividades físicas adecuadas a sus posibilidades, para aumentar el gasto de energía.
  • Moderar el consumo de grasas saturadas (carnes grasas, mantequilla, aceites de coco y palma)
  • Utilizar como grasa común el aceite de oliva o los aceites de semillas como soja, girasol y maíz.
  • Consumir los productos lácteos descremados.

Se debe mantener un consumo adecuado de proteínas, con el fin de evitar la pérdida de masa muscular. La ingesta de proteínas debe ser moderada, preferiblemente pescados, huevos, carnes de ave y de conejo.

Consumir como mínimo tres raciones de leche o sus derivados diariamente. Algunas de las ventajas que ofrece este alimento a las personas mayores son las siguientes:

  • Los productos lácteos descremados (leche y yogurt descremado entre otros) son alimentos con una gran densidad de nutrientes.
  • Se pueden brindar en cualquier horario, son fáciles de ingerir, contribuyen con la hidratación y son fáciles de almacenar y conservar.
  • Evitan la desmineralización ósea.
  • Contienen cantidades considerables de proteína, energía, calcio, vitamina b1, b2, b3, ácido fólico, vitamina b12, vitamina d, vitamina a, magnesio, zinc y fósforo.

Consumir alimentos saludables como cereales integrales, legumbres, patatas, pescados grasos, verduras, ajos, cebollas, tomates, aceitunas, cítricos, uvas, fresas, tomates, aceite de oliva, hierbas aromáticas, especias y frutas entre muchos otros:

  • Compartir la mesa siempre que sea posible, para disfrutar de la compañía y la comunicación con la familia o las personas más próximas, en un ambiente tranquilo y acogedor.
  • Mantener horarios regulares de comidas.
  • Evitar el picoteo a base de snack, caramelos, dulces, refrescos, etc. Que sólo aportan calorías y prácticamente ningún nutriente.
  • Moderar el consumo de sal al día.
  • Consumir más de dos litros de agua diarios. Vigilar la ingesta de agua a intervalos regulares aunque no experimenten sed, para evitar la deshidratación.
  • Moderar el consumo de bebidas alcohólicas a menos de 30 gramos de etanol diarios.
  • Mantener y promover la dieta mediterránea por ser saludable, nutritiva, agradable al paladar y contribuir a prevenir muchas enfermedades.

Suplementos nutricionales

Una dieta equilibrada, variada y suficiente debería aportar las cantidades de nutrientes necesarias para mantener a las personas mayores saludables, pero en ocasiones los trastornos típicos del envejecimiento provocan que los nutrientes aportados no puedan ser debidamente utilizados. Además la inactividad física, y la disminución de la masa muscular, reducen las necesidades energéticas de la persona mayor, provocando la reducción de la ingesta. Si esta baja de la ingesta no se compensa con alimentos de una mayor densidad de nutrientes, la dieta no logra suministrar la cantidad de macronutrientes y micronutrientes que demanda el organismo.

Por todo ello, con frecuencia las personas mayores requieren suplementos de vitaminas y minerales con el fin de complementar la dieta. El consumo de los mismos debe ser siempre individualizado y controlado por un profesional de la salud. El efecto de los suplementos no es curativo ni puede reemplazar nunca una dieta saludable.

Alimentos funcionales

Son aquellos alimentos o ingredientes alimentarios que pueden proporcionar un beneficio para la salud, aparte de su papel como fuente de nutrientes. Para ello se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia o antioxidantes.

Ejemplos:

  • Huevos enriquecidos con ácidos grasos omega-3, ayudan a reducir el riesgo de afecciones cardiacas.
  • Leche y yogures fermentados con cultivos probióticos facilitan la digestión.
  • Cereales con ácido fólico.

Se recomienda que el consumo de estos alimentos forme parte de una dieta equilibrada, y en ningún momento sean la base exclusiva de la alimentación.

Alimentación básica adaptada

La alimentación básica adaptada se emplea cuando se necesita garantizar la nutrición sobre todo en personas mayores enfermas o debilitadas, con problemas de masticación o dificultades para la deglución de alimentos líquidos y/o sólidos. Estos alimentos pueden alternarse con platos caseros, o mezclarse con ellos.

La alimentación básica adaptada comprende los siguientes grupos de productos:

  • Dietas trituradas de alto valor nutricional.
  • Modificadores de textura o productos con textura modificada para hidratar en caso de disfagia: gelatinas o espesante.
  • Enriquecedores de la dieta.

Dietas trituradas de alto valor nutricional

Estas dietas se indican fundamentalmente a individuos que tienen dificultad de masticación o de deglución de alimentos sólidos, que no puedan alcanzar un adecuado aporte nutricional a través de la alimentación tradicional.

En general son purés variados a base de carnes, pescados, huevos, verduras, legumbres y hortalizas, con un alto contenido de proteínas y micronutrientes, con bajo contenido de sodio, colesterol o grasa saturada, adaptado a las necesidades y gustos del adulto. Estas dietas brindan las siguientes opciones:

Se ofrecen para el desayuno, media mañana y merienda, leche sin lactosa y papillas de cereales enriquecidas con proteínas, vitaminas y minerales.

Se ofrecen para la comida y la cena como plato principal, purés elaborados a base de carnes de aves, pescado o huevos, combinados con verduras, hortalizas, legumbres o cereales. Además, se incluyen como postres, purés de frutas ricos en fibra, vitaminas y minerales.

Modificadores de textura

Estas dietas se indican fundamentalmente a individuos que padecen enfermedades que inducen la disfagia para líquidos, de tal forma que la ingestión de alimentos acuosos puede producirles, desde atragantamiento hasta una neumonia aspirativa.

Estos modificadores están constituidos por almidones modificados y maltodextrinas, con el objetivo de espesar instantáneamente los líquidos, sopas o purés, hasta obtener la consistencia adecuada. Se le agregan además vitaminas y minerales.

Estos espesantes permiten la confección de platos principales o postres con textura modificada, incrementando la variedad y atractivo de las comidas. Algunos tipos de espesantes disponibles en el mercado son:


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