Menús para niños menores de un año
Al planificar menús destinados a niños muy pequeños, debemos cumplir con mayor rigor, los principios básicos para una alimentación saludable, sobre todo, porque los trastornos nutricionales en estas etapas tempranas de la vida, son difíciles de resolver y dejan generalmente secuelas, que pueden afectar la salud en la infancia o en un periodo posterior.
Los niños menores de un año, son un grupo poblacional muy proclive a sufrir trastornos estomacales, asociados sobre todo, a la introducción descontrolada de nuevos alimentos, y a las prácticas higiénicas inadecuadas, por lo que se deben cumplir todas las medidas indicadas, para evitar la ocurrencia de ciertos desarreglos digestivos, que pueden provocar déficits nutricionales durante el primer año de vida, por no contar el organismo todavía con reservas suficientes que le permitan afrontar ciertas carencias.
Generalidades de la alimentación complementaria
Alrededor del sexto mes de vida los requerimientos nutricionales de los niños y las niñas aumentan, y la lactancia exclusiva materna o artificial no cubre la demanda, por lo que se hace necesaria, la introducción paulatina de otros alimentos. El inicio de la alimentación se puede adelantar a los cuatro meses, pero nunca antes, puesto que los pequeños no están lo suficientemente maduros.
Corresponde al pediatra establecer el orden de introducción de los alimentos, en dependencia de las condiciones nutricionales del bebé y teniendo en cuenta las tradiciones regionales y familiares.
Generalmente se recomienda empezar por los cereales infantiles, por su contenido de hierro, y después, incluir cereales, hortalizas, verduras y frutas, elaborados en casa. Se recomiendan los purés o papillas envasados solo para situaciones especiales.
Cada nuevo alimento se debe introducir de manera aislada, brindarlo a diario durante una semana sin combinarlo con otro nuevo, para detectar posibles reacciones alérgicas. Los alimentos que el bebé rechace, no debe insistir para que los acepte en ese momento, debe retirarlo y ofrecerlo pasado unos días. Debe continuar ofreciéndolo hasta que lo acepte, en ocasiones tardan en aceptarlo hasta diez veces después del primer intento. Nunca debe insistir u obligarlo a que lo ingiera.
Momentos recomendados para la introducción de los distintos grupos de alimentos
Cereales: los cereales sin gluten como el arroz y el maíz pueden introducirse a partir de los cuatro meses en forma de papilla, bien mezclados con agua, leche materna o adaptada. Se recomienda darlos con cucharita en lugar de hacerlo con el biberón, así se evita que coma en exceso, reduciendo el riesgo de padecer obesidad. Los cereales que contienen gluten, como el trigo, la cebada, la avena y el centeno, deben introducirse en pequeñas cantidades entre los cuatro y siete meses, ni antes ni después, para reducir las posibilidades de celiaquía.
Frutas: se deben introducir entre el cuarto y el sexto mes de vida, en forma de papilla o de zumo, con cuchara, sin añadir azúcar ni miel. Se recomienda comenzar con frutas frescas como la pera, la manzana, el plátano y las naranjas. No se pueden introducir los melocotones, frambuesas, fresas, moras y kiwis, hasta después de los dos años de edad, ya que pueden provocar reacciones alérgicas.
Hortalizas y verduras: se pueden introducir alrededor de los seis meses, cocidas, sin adicionar sal, trituradas en forma de puré, se recomienda añadirles un chorrito de aceite de oliva virgen. Se deben brindar primero patatas, calabaza, zanahoria, judía verde y cebolla. No se deben introducir hasta después del año, las verduras de hojas verdes, como las espinacas, y acelgas, ni tubérculos como la remolacha o el nabo por sus altos contenidos de nitratos. También se recomienda retardar la introducción de verduras que producen flatulencia como la coliflor o la col.
Carnes: se pueden introducir a partir de los seis meses pequeñas raciones de aproximadamente 15 o 20 gramos, incorporadas a las papillas o puré de hortalizas y verduras. Se debe comenzar por carnes de sabor más suave, como el pollo, pavo, conejo y ternera. No se deben brindar visceras.
Pescados: se deben introducir a partir del sexto mes, en muy pequeñas raciones. Se deben brindar en esta etapa solo los menos grasos, como la merluza, el gallo y el lenguado. Hasta después del año, no se deben introducir los pescados azules o grasos de pequeño tamaño, como las sardinas o boquerones. Los pescados azules grandes, como el pez espada, el atún, el lucio y el tiburón, no se deben brindar hasta después de los tres años, por su contenido de mercurio.
Lácteos: después introducida la alimentación complementaria, la leche sigue representando un aporte considerable de nutrientes. Se deben garantizar entre 500 y 700 mililitros diarios de leche materna o adaptada. La introducción de otros lácteos derivados de la leche de vaca, como el yogur y el queso, deben brindarse en pequeñas porciones a partir de los nueve meses de vida, para evitar posibles reacciones alérgicas.
Huevos: se recomiendaintroducir la yema a partir de los nueve o diez meses de vida, y la clara a partir del año. También
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