Transcripción La dieta mediterránea
Cada grupo humano sigue un patrón alimenticio regular, común a casi todos los miembros, configurándose un modo típico de alimentarse toda una región, un país o una cultura. En los últimos años, los modelos tradicionales de alimentación, están siendo impactados por diversas razones, sin embargo, aún siguen manteniéndose, muchos hábitos transmitidos de generación en generación.
La dieta mediterránea, constituye uno de esos patrones tradicionales de alimentación que ha perdurado en el tiempo, preservando cualidades que la distinguen por ser un ejemplo de alimentación saludable, basado en patrones dietéticos de los paises mediterráneos, especialmente España, Portugal, Italia, Francia, Grecia, marruecos, Chipre y Croacia.
La dieta mediterránea se caracteriza sobre todo, por ser muy variada y deliciosa, incluir muchos alimentos de origen vegetal en su estado natural, el consumo de pan de trigo y otros cereales, la utilización del aceite de oliva, como grasa principal, el consumo moderado de carnes, pescados y de vino acompañando las comidas.
Referencias cientificas sobre los valores nutricionales de la dieta mediterránea
Las primeras referencias cientificas sobre la dieta mediterránea datan del año 1948, cuando el epidemiólogo Leland G. Allbaugh, estudió el modo de vida de los habitantes de la isla de creta, y entre otros aspectos, comparó su alimentación, con la de los habitantes de Grecia y estados unidos.
El término de dieta mediterránea, se atribuye al fisiólogo estadounidense Ancel Keys, conocido por su contribución al estudio de los efectos de la dieta, sobre las enfermedades cardiovasculares. Su actividad divulgadora, se plasmó en la publicación del libro: “cómo comer bien y estar mejor al estilo mediterráneo.
Keys, conocedor de la buena salud de los habitantes de los paises que rodeaban el mar mediterráneo, inició sus estudios sobre la dieta y las costumbres de las personas que vivian en esa región, en busca de una hipótesis, más allá de la genética, que justificara el menor número de eventos y muertes cardiovasculares, ocurridos en ese entorno, en comparación con los que se producian en estados unidos de américa.
Estudios de factores de riesgo cardiovascular en siete paises
El equipo de Ancel Keys entre los años 1958 y 1964, analizó algunos factores de riesgo cardiovascular en hombres entre 40 y 59 años, pertenecientes a 4 paises: Finlandia, estados unidos, Japón, y Holanda, donde las tasas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares eran altas, y en 3 paises mediterráneos: Grecia, Italia y Yugoslavia, donde las tasas eran inferiores.
El interés del estudio era sobre todo, la cantidad y calidad de los lípidos dietéticos. Las regiones mediterráneas estudiadas, Creta, Corfú, Crevalcore, Montegiorgio y Dalmacia, tenian una dieta basada en el consumo de aceite de oliva, cereales, frutas, verduras frescas y vino. La dieta de las cuatro poblaciones no mediterráneas se caracterizaba, por el alto consumo de lácteos, carnes grasas, y bebidas alcohólicas, fundamentalmente cerveza y licores.
El estudio mostró que el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, depende más del tipo de grasa empleado en la dieta que de las cantidades que se consumen. Se verificó mediante el estudio, que las poblaciones del mediterráneo, consumidoras de aceite de oliva, sufrian menos riesgos de padecer trastornos cardiovasculares que las poblaciones que consumian grasas de origen animal.
Características de la dieta mediterránea tradicional
La dieta mediterránea tradicional aunque se destaca por incluir alimentos de indiscutible valor nutricional, su principal cualidad radica, en la abundancia y los diversos modos exquisitos y saludables de preparación, que permiten alcanzar un balance óptimo, entre alimentos y componentes nutritivos, a través de diferentes opciones.
Es una dieta que contiene una alta densidad de nutrientes, ya que incluye diversos alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres y frutos secos, ricos en hidratos de carbono complejos, fibra dietética, minerales, vitaminas y sustancias bioactivas.
La utilización del aceite de oliva como principal grasa culinaria, contribuye de diversas maneras, en el mantenimiento de la salud y mejora el sabor de otros alimentos en su forma natural. Incluye la ingesta moderada de alcohol, principalmente en forma de vino, consumido durante las comidas.
Es una dieta para el disfrute en ambiente familiar, tranquilo, que respeta patrones de horarios y tradiciones especificas de cada región.
Beneficios a la salud de la dieta mediterránea
La ingesta diaria de frutas y verduras, por sus altos contenidos de ácido fólico, tocoferoles y vitamina c, entre otros, reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, defectos del tubo neural y cataratas.
El consumo habitual de frutas como postre y en meriendas, reduce la ingestión de alimentos que contengan azúcares simples, que representan mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.
El consumo frecuente de nueces, avellanas y almendras, puede tener una acción protectora frente a la enfermedad coronaria. Además pueden aportar magnesio, cobre, potasio, fósforo, selenio, ácido fólico, vitamina e y fibra dietética, rica en diversas sustancias bioactivas.
El elevado consumo de aceite de oliva, utilizado como principal grasa culinaria, reduce los niveles de colesterol. Probablemente también disminuyen el riesgo trombogénico, la agregabilidad plaquetaria y la presión arterial.
La ingesta moderada de vino, consumido en las comidas, favorece el sistema circulatorio, evitando la formación de trombos, contribuye en la producción de insulina, mejorando el metabolismo de la glucosa, reduciéndose así los riesgos de padecer diabetes de tipo 2.
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